Martin Luther King 48 años después de su asesinato. ¿Existió una conspiración?
Su vuelo a Memphis se había retrasado como una premonición por una amenaza de atentado y ante su fiel auditorio, declaró: «No temo a ningún hombre»
Martin Luther King tuvo un sueño (‘I have a dream’) y, a pesar de su prematura muerte a los 39 años, el espíritu de su lucha y su discurso ha inspirado a generaciones enteras, conformándolo como el gran héroe y símbolo del movimiento por los derechos civiles y la igualdad racial.
Hoy se cumplen 48 años desde su asesinato, el 4 de abril de 1968. Acababa de dictar uno de sus más celebrados discursos en Memphis –“Sólo quiero realizar la voluntad de Dios. Y Él me ha permitido llegar a la cima de la montaña. Y he mirado desde allí”–. Su viaje, como una premonición, se había retrasado por una amenaza de bomba en el avión y cuando llegó a la ciudad, ante miles de ciudadanos, mencionó lo ocurrido y añadió: “No temo a ningún hombre”. No obstante, poco después, mientras saludaba a la multitud desde el balcón del motel Lorraine, junto a Jesse Jackson y otros colaboradores, recibió un disparo en la cabeza.
El atentado provocó la conmoción de todo un país y el inicio de graves disturbios que desde Memphis se extendieron a los otros estados, e incluyeron incendios y la muerte de una cincuentena de personas. Pero no fue hasta dos meses después cuando se logró dar con el supuesto autor del asesinato, James Earl Ray, un vagabundo y criminal de poca monta, se dijo, que fue capturado en Londres cuando intentaba huir con un pasaporte canadiense.
¿Una posible conspiración?
Ray se había declarado culpable del asesinato de Luther King en 1969 por recomendación de su abogado Percy Foreman para evitar la pena capital, por lo que fue sentenciado a una condena de 99 años de prisión –que acabarían siendo 100 tras una fuga frustrada en 1977–. Sin embargo, poco después despidió a Foreman y empezó su lucha por demostrar que él no apretó el gatillo y que había otras personas involucradas, cosa que jamás pudo demostrar, al menos personalmente. Incluso el hijo del propio Martin Luther King, Dexter Kingse, medió para que Ray obtuviera un nuevo juicio y, al igual que su madre, la esposa de King, nunca creyó que Martin Luther King fuese asesinado por James Earl Ray.
Hay quien desde círculos conspiradores lo ha comparado con Lee Harvey Oswall, el asesino de Kennedy, ya que ambos habrían sido cabezas de turco para ocultar a poderosos asesinos, entre ellos el gobierno norteamericano. En las declaraciones de Ray menciona a un misterioso hombre latino, Raoul, que le habría entregado grandes cantidades de dinero con las que pudo viajar a diversos países tras el atentado. Sin embargo, jamás se pudo poner cara a aquel personaje y, según Foreman, su antiguo cliente se lo habría inventado para eludir responsabilidades.
Otros argumentos que se esgrimen sobre la inocencia de Ray es que era un ladrón de poca monta, sin antecedentes criminales, y que el disparo que recibió King se realizó desde otro lugar y por otra persona, ya que las pruebas balísticas no son concluyentes.
De hecho, la viuda de Martin Luther King, Coretta Scott, ganó un juicio civil en 1999 contra Loyd Jowers, propietario de un restaurante en Memphis acusado de formar parte de un complot para asesinar al pastor estadounidense. El Departamento de Justicia de Estados Unidos, sin embargo, jamás encontró evidencia de que, como indicaba Jowers en su declaración, esos otros conspiradores desconocidos a los que se refería fuesen el gobierno norteamericano.
En 2004 el reverendo Jess Jackson:»Yo nunca creeré que James Earl Ray tenía un motivo, el dinero y la movilidad para hacerlo él solo. Nuestro gobierno estaba muy involucrado para poner el escenario para ello y Ray sólo era un señuelo».