GAIA o GEA. Diosa griega
GAIA (o Gea) es la Diosa Madre Tierra de donde surgen todas las razas divinas. Ella nace después de Caos y antes de Eros (el Amor). Es por ello la Diosa Madre del Olimpo.
Ella sola engendró a Urano (el Cielo) que la cubre al igual que a Ponto (el mar).
Gaia después se une con Urano (Diosas y sus hijos se mezclaban en el Olimpo) y da a luz a los seis titanes:
En la Teogonía de Heriodo cuenta:
acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre.
También
tuvo a las seis titánides: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis (madre del
héroe Aquiles).
Hesíodo menciona que Gea concibió más descendencia con Urano. Primero los Cíclopes, gigantes de un solo ojo, constructores de murallas, a los que posteriormente se les dieron nombres: Brontes (‘el que truena’), Estéropes (‘el que da el rayo’) y Arges (‘el que brilla’): «El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos.» Luego añade los tres terribles hijos de cien manos de la Tierra y el Cielo, los Hecatónquiros, Coto, Briareo y Giges, cada uno con cincuenta cabezas.
Urano escondió a cíclopes y hecatónquiros en el Tártaro para que no vieran la luz, regocijándose de su maldad. Esto provocaba dolor a Gea (el Tártaro era su vientre), por lo que creó un pedernal gris (o adamanto) y de éste fabricó una gran hoz, y reuniendo a los titanes les pidió obediencia. Solo Crono, el menor, se atrevió a tomar la hoz y castró a su padre cuando éste se acercó a Gea para yacer con ella. De las gotas de sangre y semen Gea concibió aún a más hijos: las fuertes Erinias, los Gigantes con armadura y las Melias (ninfas de los fresnos).
Urano odiaba a todos sus hijos, por lo que los obligaba a vivir en las profundidades de su madre. Un día ella decidió liberarlos y les pidió que se vengaran de su padre, pero todos le temían demasiado. Sólo el menor, Cronos aceptó, pues lo odiaba mucho. Gea le entregó una hoz de acero a su hijo. En la noche cuando Urano cubrió a Gea toda para unirse con ella, Cronos le cortó los testículos a su padre y los arrojó detrás de él. La sangre que brotaba de la herida fecundó a Gea y de ahí nacieron los Gigantes, las Herinias y las Ninfas de los Fresnos, además de todas las divinidades realacionadas con los árboles.
Tras esta mutilación, Gea se unió con Ponto de donde nacieron las divinidades marinas: Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y Euribia. Mientras, Cronos reinaba en el mundo y se había vuelto un tirano terrible y había encerrado a sus hermanos en el Tártaro, por lo que Gea planeó una nueva venganza. Los hijos de Rea y Cronos habían sido devorados por su padre, pero cuando ella estaba en cinta de Zeus, pidió ayuda. Gea y Urano le revelaron el secreto de los Destinos y le enseñaron como burlar a Cronos. Cuando el niño nace, Gea lo esconde en una caverna, al mismo tiempo que a Cronos le era entregada una piedra envuelta en mantillas, a la que devoró sin notar la diferencia.
Cuando Zeus se hizo mayor, luchó abiertamente con Cronos y Gea le hizo saber que necesitaría la ayuda de los Titanes. Estos al ser liberados por Zeus del Tártaro, le dieron el rayo, el trueno y el relámpago, armas con las que destronó a su padre.
Pero Gea seguía descontenta por la suerte de los Hecatonquiros, que habían sido derrotados, por lo que se une con Tártaro (dios de los abismos) y engendró a Tifón, con el que tuvieron que luchar los dioses por largo tiempo. Además nació de esta unión otro monstruo, Equidna.
La mayoría de las teogonías le atribuyen a Gea la maternidad de diversos monstruos como Caribdis, las Harpías, Pitón, el dragón guardián del vellocino de oro, e incluso la Fama.
Con el tiempo, Gea se convirtió en la madre universal, y conforme el mundo helénico personificaba a sus dioses, la tierra se encarnaba en divinidades como Démeter o Cibeles, y la tierra como elemento abandonaba la mitología.
Gea se consideraba además, como inspiradora de muchos oráculos, poseía los secretos de los Destinos, y sus predicciones eran más antiguas y seguras que las del mismo Apolo.
Y hasta aquí la historia de Gaia madre de todos los dioses y diosas griegas tambien llamada Gea.
En el panteón romano se la llamaba Terra.
DIVULGADORES DEL MISTERIO
Bibliografía:
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