Cibeles. Diosa griega madre de Zeus por Maria Jose Fernandez
Cibeles. Diosa griega madre de Zeus
Cibeles era en origen una diosa frigia ( es decir, de una región de Asia Menor que actualmente corresponde a Turkia). Los griegos hicieron de ella una madre de los dioses, la madre de Zeus y de otros dioses importantes. Su culto derivaba probablemente de la antigua adoración de las grandes madres o diosas de la fertilidad, al igual que el de Deméter, la diosa de la agricultura.
Según el mito frigio, Zeus había depositado su semilla en la tierra en cierta ocasión mientras dormía en el monte Dídimo, en Frigia, en lo que hoy día es el centro de Turquía como ya hemos dicho. De ahí nació una criatura hermafrodita que fue castrada por los dioses. Así fue la creación de la diosa Cibeles.
De sus genitales creció un almendro cuyo fruto se depositó en el vientre de la ninfa Nana, que quedó embarazada y tuvo un hijo al que abandonó después de dar a luz: Atis.
El joven, Atis, fue criado por una cabra y se convirtió en un joven muy hermoso. Cibeles se enamoró de él y cuando se disponía a hacer planes de boda para casarse con otra mujer, ella se puso tan celosa que le obligó a castrarse. Hay muchas versiones del mito de Cibeles y Atis, todas ellas incluyen el tema de la muerte y la resurrección. Según algunas de ellas, Atis no sobrevivió a la mutilación y quedó convertido en un pino. Otras aseguran que fue enterrado en Pessinus (Pesino) y resucitado por Cibeles. Por último, alguna versión asegura que vivió como sacerdote eunuco al servicio de la diosa.
Cibeles era la personificación de la fértil tierra, una diosa de las cavernas y las montañas, murallas y fortalezas, de la Naturaleza y los animales (especialmente leones y abejas).
En la mitología griega también es conocida como Δαμία (Damia).
Se la representa con vestimentas frigias y una corona con forma de muralla. Porta las llaves que dan acceso a todas las riquezas de la tierra. Monta un carro que simboliza la superioridad de la madre Naturaleza, a la que incluso se subordinan los poderosos leones que tiran del mismo. En otras representaciones se sienta en un trono custodiado por las mismas bestias. La leyenda, relatada por Ovidio en Las Metamorfosis (X, vss. 570- 704), las relaciona con una singular pareja mitológica, Hipómenes (Melanión, en otras versiones) y Atalanta, que compitieron en una carrera de velocidad. La astucia de Hipómenes -inspirado por la diosa del amor, ya que el premio era la mano de Atalanta- hizo caer al suelo unas manzanas de oro que atrajeron la atención de Atalanta y la distrajeron de la carrera, que perdió. El mito concluye con la unión impía de los amantes dentro de un recinto sagrado dedicado a la diosa Cibeles, la cual se enfurece y como castigo los metamorfosea en leones, condenados a tirar de su carro eternamente.
En los panteones griego y romano, Cibeles es identificada con Rea, esposa de Crono (Saturno) y madre de los principales dioses: Hestia (Vesta), Demeter (Ceres), Hera (Juno), Hades (Plutón), Poseidón (Neptuno) y Zeus (Júpiter). De acuerdo con la mitología griega, Cibeles inicia a Dionisio en sus culto misteriosos.
En Roma, Cibeles se convirtió en una diosa muy popular. Durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C), un periodo desastroso para los romanos, su culto llegó a Roma dado que, según ciertas profecías de los Libros Sibilinos -un tipo de libro de frases de los oráculos-, Roma sólo podría vencer si se adoraba a la «Gran Madre».
El león, el animal más fuerte de la naturaleza, estaba dedicado a Cibeles, siendo representada a menudo como una leona en un carro tirado por leones. Ovidio la describió «en su carro tirado por leones atravesando el cielo». Su estela iba acompañada por «la música de los címbalos y de las flau¬tas». El culto de Cibeles en Roma se carac¬terizaba por los rituales estruendosos y las procesiones. Durante su festividad, sus sacerdotes, los Galli, enterraban un pino que simbolizaba a Atis. Días después se perforaban los brazos y rociaban el altar con su sangre en un estado de éxtasis. El último día se celebraba la resurrección de Atis mientras se paseaba la estatua de la diosa en procesión y se limpiaba.
Se asocia a Cibeles principalmente con la fertilidad. También encarna la naturaleza salvaje, simbolizada por los leones que la acompañan. Se le atribuyó la curación de enfermedades y la protección de su pueblo durante la guerra.
MARÍA JOSE FERNANDEZ
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