Y se borró la sonrisa: la quiebra repentina de Dentix deja colgados a decenas de miles de clientes en España
En Girona los afectados crearon una plataforma y se acercaron al unísono a las puertas de los comercios cerrados para protestar por la situación. “Miles” de personas mandan a representantes para reunirse con los políticos en Antequera. En Telemadrid una señora explica su caso: una operación a medio terminar, que le costó 3.000 euros, que ya ha pagadoy que tendrá que finalizar en breve en otra clínica (no le queda otra por cuestión de tiempo) por otro pastizal a la espera de que algún día la compañía en la que confió se devuelva el importe inicial. En Mallorca la delegación de Consum solicita a las entidades financieras que detengan los cobros a los clientes que solicitaron créditos para realizar tratamientos odontológicos. En Cádiz. En Baleares. Busques donde busques, el sentir es parecido al de esta joven: “La peor decisión de mi vida después de empezar con mi ex fue contratar una ortodoncia con @dentix_es”.
Dentix, con 300 clínicas en toda España, con 2.600 trabajadores a los que se está metiendo ya en un ERTE por causa de fuerza mayor, se encuentra oficialmente desde ayer en trámite para ejecutar el concurso de acreedores. Según muchos testimonios, aunque la compañía llevaba como mínimo dos meses conociendo la gravedad de su situación, habían indicado a sus trabajadores locales actuar con normalidad o bien ni siquiera les habían informado de su inminente cierre. Alguien en la jerarquía sabía que con esa conducta expondrían a muchos clientes de estos meses a que sus tratamientos quedasen a medias (hay 100.000 pendientes de finalizar, según informa EFE).
Como dicen en El Mundo, el guión se repite en esta última gran quiebra del sector bucodental low cost, paso a paso cumpliendo lo mismo que Vitaldent y Funnydent en 2016 y iDental dos años después. Todos dejaron (al menos temporalmente) a decenas de miles de personas sin tratar e incluso obligando a que continuasen pagando lo que sabían que no iban a recibir para poder reclamar meses más tarde. De las mentadas, Vitaldent fue la única que consiguió remontar gracias a la adquisición de la empresa (y sus deudas) del grupo JB Capital, propiedad de Javier Botín, mientras la cúpula de la empresa desfilaba en los juzgados por estafa y siguen pendientes de varias resoluciones, igual que iDental, cuyos directivos, oficialmente una organización criminal, también esperan sentencia, aquí de la Audiencia Nacional.
Lo de Dentix no pinta nada bien, y aunque el fondo Advent parece interesado en comprar, las condiciones no han debido de ser idóneas. En abril, cuando se presentó el preconcurso, se retiró de la puja de acreedores JB Capital, los que rescataron exitosamente a Vitaldent. Ahora mismo el Gobierno ve bien que Advent compre Dentix siempre que garantice que se terminarán con rapidez los tratamientos que tienen a medias.
¿Por qué vuelve a vivirse esta pesadilla?
Según el sector, por la nueva ley de Sociedades Profesionales de 2007 que permitió que fondos de inversión con intereses especulativos puedan controlar las clínicas de salud. La ley cambió el paradigma anterior por el que la sociedad estaba sujeta a las exigencias de la ley de Sociedades Profesionales, mientras que ahora estos intermediarios operan libremente en el mercado haciendo que las responsabilidades sanitarias recaigan en los trabajadores licenciados.
Ello lleva a un desplazamiento del tratamiento sanitario a uno más mercantilista, lo que fomenta algunas de las características maliciosas del low cost: se alquilan locales caros pero muy visibles en el centro de las ciudades y se hace publicidad muy agresiva. Esto atrae a más clientes que los que las clínicas son capaces de absorber. Los trabajadores, aunque colegiados, son contratados por muy bajos precios o incluso como autónomos, trabajando demasiadas horas y permitiendo una rotación del personal entre locales que hace que el trabajador no esté siempre incentivado a tratar bien al cliente porque tal vez él no termine su tratamiento.
Pese a todo lo expuesto, el destino de los afectados por Dentix no está claro. Casi con toda seguridad lo debido a los particulares será un precio muy inferior a lo que se debe tanto en alquileres de locales como a Seguridad Social y Hacienda, y estas dos últimas instituciones son la prioridad en el caso de cobro. Cada local del país, todos ellos cerrados, varía a la hora de anunciar el motivo por el que no recibe visitas. Unos rótulos hablan de «una avería», otros lamentan «no poder atenderle en estos momentos», e instan a llamar al teléfono gratuito. Al hacerlo, si indicas que eres un cliente, el contestador entra en bucle y vuelve a solicitar tus datos sin fin. La página web no da pie a pensar en ningún momento que sus servicios hayan parado.
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