La acidificación del Océano Ártico es peor de lo que se había creído

Los especialistas esperan que para el 2100, el Océano Ártico aumente sus reservas de carbono de 7.5 ± 2.7 a 9.0 ± 1.6 billones de toneladas. Esto conducirá a la acidificación del agua y a una disminución de las reservas de aragonito y calcita debido a su disolución parcial. Según un estudio publicado en Nature, esto representa un gran peligro para los organismos de calcificación marina que usan minerales de calcio en sus ciclos de vida, como los moluscos.
La química de los océanos
El océano absorbe activamente el dióxido de carbono de la atmósfera, mitigando los efectos del cambio climático global. Sin embargo, este proceso tiene consecuencias: como resultado de la disolución de CO2, el agua de mar se vuelve ácida, lo que tiene un efecto directo en los procesos biogeoquímicos que tienen lugar en él.
Una disminución en el pH afecta la vida marina, incluidos los crustáceos, moluscos, equinodermos y peces óseos. Los organismos calcificadores son especialmente sensibles, ya que requieren minerales de calcio (aragonito y calcita) para el ciclo de vida: en un ambiente ácido, el grado de saturación de estos minerales disminuye, se disuelven parcialmente y no pueden realizar funciones protectoras.
El nuevo estudio
Ahora, los científicos dirigidos por Jens Terhaar de la Universidad de la Sorbona hicieron una predicción de la acidificación del agua en el Océano Ártico, los cambios en su densidad y saturación con respecto al aragonito y el calcio a fines del siglo XXI, utilizando datos de 11 modelos hidroquímicos de mares árticos.
En el trabajo, prestaron atención a los índices de carbono inorgánico disuelto, fósforo y silicio; alcalinidad total, temperatura y salinidad a diferentes profundidades. La dinámica de las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono se tuvo en cuenta de acuerdo con el escenario RCP8.5.

Las figuras a, b y c reflejan la densidad anual promedio actual de agua en la capa superficial del Océano Ártico. Las gruesas líneas negras corresponden a las regiones terrestres que más contribuyen a la acidificación del agua de mar. Las figuras d y e contienen un pronóstico de cambios en la densidad del agua para 2100 de acuerdo con los modelos IPSL-CM5A-LR y NorESM1-ME.
Jens Terhaar et al. / Nature, 2020.
Resultados
Los autores del estudio estimaron las probables reservas de carbono en el Océano Ártico en 9.0 ± 1.6 billones de toneladas para 2100, lo que excede las estimaciones publicadas previamente de acumulación de carbono y acidificación de las aguas del Ártico (7.5 ± 2.7 billones de toneladas).

A y B son perfiles verticales multimodelo de la cuenca promediada Ωarag (grado de saturación de aragonita) y Ωcalc (grado de saturación de calcita) en 2100 con la desviación estándar correspondiente (n = 11).
Jens Terhaar et al. / Nature, 2020.
Los científicos también notaron que el grado de saturación de aragonito y calcita para fines de siglo en las aguas del Océano Ártico disminuirá de 0.81 ± 0.09 a 0.76 ± 0.06 y de 1.27 ± 0.14 a 1.19 ± 0, 09, respectivamente. Los autores del estudio enfatizaron que sus resultados indican un peligro mayor que el supuesto anteriormente para los organismos de calcificación marina debido a la creciente acidificación de las aguas del Océano Ártico.
El cambio climático global tiene un impacto significativo en los ecosistemas del Ártico, activando una serie de mecanismos destructivos: por ejemplo, el calentamiento de las aguas en el norte del Océano Atlántico provocó la extinción masiva del plancton amante del calor.
Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.