Una inteligencia artificial, aunque sea autora de un invento, no puede patentarlo legalmente en Europa o EE.UU.
En agosto de 2019 dos solicitudes de patentes sobre una luz de advertencia y un contenedor de alimentos se presentaron ante la oficina de patentes para ser registradas. A diferencia de la mayoría de solicitudes de patentes, el autor no era un humano sino Dabus AI, una inteligencia artificial. Han sido rechazadas.
Generalmente una inteligencia artificial es una herramienta que ayuda a los inventores en su trabajo, por ejemplo procesando grandes cantidades de datos para encontrar patrones determinados aspectos. Sin embargo, también se puede dar el caso de que invente algo totalmente nuevo, como un proceso creado desde cero. En ese caso, ¿por qué no se le puede considerar autora del invento? Hay varios aspectos a tener en cuenta.
Dabus AI es una inteligencia artificial creada por Stephen Thaler. Stephen además de crear a la IA la alimentó con una ingente cantidad de datos y fue la IA quien encontró innovaciones para generar la idea de una nueva advertencia mediante luces y un contenedor de alimentos. Si bien Stephen ha creado a la inteligencia artificial, no tiene experiencia ni conocimientos necesarios para crear el sistema de advertencias por luces por ejemplo. Es por ello que considera mejor colocar a Dabus AI como autora del invento.
Derechos, pero también responsabilidades
Los organismos regulatorios sin embargo han rechazado la patente colocando a Dabus AI como inventor legítimo. Ni la Oficina de Patentes Europea ni la Oficina de Patentes de Estados Unidos consideran que Dabus AI pueda ser la inventora legal de las patentes. El argumento principal es que Dabus AI no es una persona física.
El caso juega con unas reglas ambiguas y no del todo adaptadas a los tiempos actuales. Normalmente si una IA interviene en el proceso de creación de un invento, se le suele describir como «innovación obtenida gracias a una IA» o algo por el estilo, pero no se le coloca como autora del invento. Aquí la idea en parte es ver cómo responden los organismos ante el caso.
Ser inventor de una patente y tenerla registrada implica una serie de responsabilidades que, en principio, una IA no puede llevar a cabo. La inteligencia artificial debería ser capaz por ejemplo de autorizar licencias para que otros utilicen la patente, así como presentar demandas en caso de que se use la idea ilícitamente.
Indica el organismo europeo que una IA no es una personalidad jurídica:
«Además, la designación de un inventor es obligatoria, ya que tiene una serie de consecuencias jurídicas, en particular para garantizar que el inventor designado sea el legítimo y que pueda beneficiarse de derechos vinculados a esta condición. Para ejercer estos derechos, el inventor debe tener una personalidad jurídica de la que no disfrutan los sistemas o máquinas de IA.»
Es un debate que la Unión Europea consideró en 2018, planteando la posibilidad de crear un rol de «personalidad electrónica» para las patentes. Sin embargo no se ha llegado a un acuerdo sobre ello.
Esta ambigüedad puede generar una situación crítica en la que, por ejemplo, un humano no puede asignarse como autor del invento porque no estuvo involucrado directamente. En ese caso, si la inteligencia artificial tampoco puede ser al no ser una persona física, ¿quién patenta el invento? De ahí que se busque poder ofrecer el derecho a la propiedad intelectual a una inteligencia artificial también.
Vía | Vice
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