LA CONCIENCIA, por VITRIOLVM
Aquí comparto algunas reflexiones acerca de la conciencia desde un punto de vista espiritual espero que las mismas sean de vuestro agrado y si acaso de utilidad como humilde herramienta de ese acceso tan necesario y tan caro a nuestro propio interior en este sinuoso y caprichoso recorrido que llamamos vida.
La humildad y la ecuanimidad son como lámparas que iluminan los tesoros que la sabiduría antigua brinda a quienes aspiran beber de sus inagotables fuentes, no olvidando jamás que nuestro verdadero Maestro es nuestra propia Conciencia, nuestra propia capacidad parte indivisible de nuestra esencia, su manifestación será más notoria a medida que la preparación y el posterior desarrollo de nuestro interior lo hagan posible.
Debemos utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para que, nosotros mismos, mediante la reflexión y el estudio, poder forjar nuestras propias opiniones acerca de la vida, acerca de los diferentes paisajes que vamos encontrando a lo largo de este eterno camino de evolución espiritual.
“ Y he aquí que la vara de Aharon de la casa de Leví había florecido….” Num. 17:23.
“ Con todo mi corazón te he buscado….” Salmo 119:10
A medida que el ser humano logre superar los obstáculos originados en su naturaleza interior eleva gradualmente su nivel de Conciencia, traspasando sucesivamente los diversos velos que ocultan y distorsionan su visión de la realidad hasta acceder al nivel mental superior.
El Génesis (Bereshit) describe la creación del ser humano como la culminación de un proceso gradual que desemboca en un cuerpo físico pero que además está integrado por diversas categorías cada una de las cuales posee a grandes rasgos las siguientes cualidades :
Los instintos vitales y sus deseos, las emociones y el pensamiento, las cuales tienen el cuerpo físico como vehículo de acción en el plano material.
Los tres niveles de Conciencia del hombre (deseos, emociones y pensamientos), y los diversos planos o mundos Acción , Formación y Creación representan prácticamente lo mismo ya que desde una óptica espiritual, el hombre y el Universo son como dos espejos que se reflejan mutuamente.
El individuo cuyo interés se circunscribe a la existencia meramente mundana, tiende a centrarse en sí mismo y esa ausencia de desarrollo espiritual le hace generar una visión ilusoria de la vida, adoptando un cúmulo de conceptos erróneos y creencia que no pasan de ser vaguedades sin fundamento a las que su ignorancia les da visos de realidad.
Su egocentrismo lo lleva a identificarse con su naturaleza corpórea quedando atrapado en un mundo sensorial en el que actúa impulsado por el deseo y la ambición, los cuales constituyen el reflejo inferior del aspecto Voluntad en la Conciencia humana.
La comprensión profunda e incluyente y la coherencia metafísica hacen perder su vigencia a los mitos producidos por la materialización de las realidades superiores.
El despertar progresivo produce una gran expansión de Conciencia abriéndose las puertas de la meditación y la vida superior. Una vez experimentado el bienestar y la felicidad de éste, los deseos inferiores se debilitan y pierden su poder de atracción teniendo como consecuencia que el apego a lo material para sí mismo es mínimo.
El término Adam designa al ser reorganizado espiritualmente de acuerdo a la proyección fiel del Creador, que ha logrado la fusión y consustanciación a ÉL por identificación y similitud de forma, en su comprensión y comportamiento.
En él se fusiona la fuerza impulsora de la emoción refinada con el poder de la mente en su nivel más elevado, adquiriendo una Conciencia ininterrumpida de la Presencia Divina. El conocimiento de ésta se refleja individualmente en un crecimiento de las virtudes, siendo una de las más importantes la humildad pues corresponde en el hombre a la magneficencia y gloria de la Unicidad, tal como se expresa en Prov. 15:33.
En este nivel, el fortalecimiento del aspecto Voluntad de la Conciencia resulta en una identificación plena con la Voluntad Suprema, lo que induce a actuar por propia elección como un socio activo y consciente del plan creativo y sus grandes leyes y no por compulsión como deben hacerlo aquellas personas que no están debidamente desarrolladas.
El completo desapego a lo material, la ecuanimidad frente a las contingencias de la vida, la devoción ilimitada a la Unicidad y el amor incluyente al semejante inspiran el accionar de los seres iluminados y a los cuales se los puede considerar Bienaventurados.
El uso adiestrado de la Voluntad Superior permite trascender las limitaciones del tiempo y del espacio, objetivos que una vez logrados son reemplazados por otros más exaltados, entrando así en un sendero de evolución superior.
Es excepcional que alguien acceda a este nivel, aunque ésta seguirá siendo la meta que guía los esfuerzos educativos que eleva al ser humano de un nivel de Conciencia mundano y autocentrado a otro nivel de Conciencia espiritual superior, en el cual la Unicidad (DIOS) se revela como el centro de toda la Creación, en la cual por cierto que la muerte no es la recompensa al esfuerzo de vivir, sino más bien un intervalo necesario como lo es el sueño luego de una árdua jornada de trabajo.
Un abrazo.
vitriolvm
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