Microsoft ve el futuro en el alquiler del software
Cuando Nadella dijo que la próxima actualización de Windows será «una de las más importantes de la década» se refería a Windows 11, pero habría encajado mucho mejor con Windows 365, su nuevo sistema operativo en la nube y disponible para cualquier dispositivo. Es un proyecto enfocado al mundo empresarial, pero su propuesta es tan llamativa que es fácil ver una apuesta a largo plazo.
La Microsoft del ‘Cloud PC’, Azure, Teams y el soporte nativo a aplicaciones Android en la Microsoft Store. Lejos de cerrarse en su ecosistema, Microsoft abarca los dispositivos de sus competidores e intenta convencer a estos usuarios de que cambien el software preinstalado por el suyo. Una estrategia que contrasta con vender portátiles con Windows integrado y anticipa un futuro distinto, donde la marca del producto no determine el sistema operativo que vayamos a utilizar.
Windows 365 y la creencia que el modelo híbrido puede funcionar
Esta nueva versión de Windows se basa en la nube para ejecutar las aplicaciones. Con ello, podremos tener Windows en un navegador dentro de un MacBook o un iPad o ejecutarse en un móvil Android. Jared Spataro, VP de Microsoft, explica al Wall Street Journal, que Windows 365 está «diseñado para el trabajo híbrido», con la idea de tener Windows en casa, en la oficina o donde estemos, independientemente del tipo de dispositivos que tengamos.
«El modelo híbrido está reimpulsando nuestro modelo de sistema operativo. Estamos tratando de reubicar nuestro sistema operativo como un hub, en un universo informático que incorpora plataformas rivales», describe Spataro.
La idea es potente: convertir Microsoft en un sistema accesible en todas partes, dando igual que vengas de un MacBook o que utilices un móvil con el sistema de Google. Pese a que hayan desestimado Windows en un inicio, Microsoft quiere volver a recuperar esos usuarios con Windows 365.
Si hace una década Microsoft tenía el 85% de cuota de mercado en sistemas operativos, tras el auge de Android e iOS se ha reducido al 30%, según datos de StatCounter. De hecho, la evolución de cuota de mercado en ordenadores también se ha reducido para Windows, que va a la baja frente a un macOS que crece progresivamente. Pese a todo, Windows y sus productos relacionados siguen generando más de 22.300 millones de dólares anuales a Microsoft.
Windows 365 es un caballo de Troya. Una herramienta por la que Microsoft puede ofrecer sus servicios a los usuarios de Apple sin que estos tengan que cambiar sus dispositivos. Es también un indicio de los nuevos tiempos, donde las compañías tecnológicas están siendo investigadas por prácticas antimonopolio y las administraciones están analizando con lupa si la decisión de no permitir aplicaciones y productos rivales es correcta.
El mensaje que manda Microsoft con Windows 365 es antagonista al de Apple o Google. Mientras ellos solo permiten determinadas aplicaciones, en Microsoft no temen trabajar en «campo contrario».
Por si no habían suficientes suscripciones
Sabemos que Windows 365 estará disponible a partir de agosto para empresas, mediante un modelo de suscripción con pagos mensuales. En vez de comprar el software una vez y recibir actualizaciones gratuitas durante cierto tiempo, Microsoft experimenta con el modelo de suscripción con un especial énfasis en la seguridad.
Por el momento se desconoce el nivel de precios, pero sí se ha explicado que habrá varias ediciones, en función de la potencia que se necesite. Todas estarán basadas en Azure Virtual Desktop, su sistema en la nube que ya se ofrece para empresas y con el que guarda pocas diferencias. Aunque no es la única solución de este estilo, pues hay herramientas como Mighty que ofrecen una plataforma remota. También con suscripción, a un coste de 30 dólares al mes.
El cambio a un modelo de suscripción modifica el esquema de costes de las empresas. Mientras que hasta la fecha se pagaba un dispositivo y luego ya se olvidaban, ahora Microsoft quiere volver a una relación más cercana, pero con un pago regular mensual. Una suscripción adicional a las de Microsoft 365 y el resto de servicios que ya ofrece Microsoft a las empresas.
La diferencia que puede provocar Windows 365 es también sobre los equipos obsoletos. Es habitual encontrar en muchas empresas ordenadores antiguos, con aplicaciones que ya no funcionan. Con este nuevo sistema esa parte se solventaría, ya que mientras mantengas la suscripción, la responsabilidad de tener un servicio actualizado recae más sobre Microsoft.
El caso más representativo es el de la suite Creative Cloud de Adobe, donde a pesar de tener rivales mucho más baratos, las suscripciones le funcionan y han hecho de oro a la compañía. Con Windows 365, Microsoft se acerca al modelo de Adobe, donde la empresa se despreocupa de actualizar y de ocupar espacio en su dispositivo, a cambio de un pago mensual y de trabajar sobre una plataforma que no está en tu propio dispositivo, sino en un centro de datos que muchas veces estará a centenares de kilómetros.
Todavía es pronto para determinar el impacto que tendrá Windows 365, pero una reacción que viene a la mente es la de la fatiga por suscripción. Por si no teníamos suficiente, ahora empresas como Microsoft también quieren que paguemos constantemente. Con lo fácil que era pagar 100 euros y poder olvidarnos durante cinco, siete o los años que dure el ordenador.
La próxima versión de Windows se instalará en los ordenadores de las distintas marcas. Es el camino tradicional y Windows 11 será así. Quién sabe si para Windows 12 o Windows 13 no deciden abrazar directamente este nuevo modelo. Un cambio que sí sería el más importante de la década para Microsoft.
FUENTE
XATAKA