Mi querida Paloma
Querida Paloma:
Ayer decidiste «cruzar al otro lado» sin apenas avisar. Y te puedes imaginar como se me quedo el cuerpo, bueno no a mi solo, también a todos los que te querían, los había a centenares.
He tenido el privilegio de conocerte y descubrir a una persona sencilla, culta, pionera y con un punto gamberro que te hacía sencillamente ser deliciosa.
Voy a echar mucho de menos nuestras veladas de los lunes en el Queiles, donde no fueron pocas la veces que lo llegamos a cerrar.
Me gustaría, mi querida amiga, poder ser mas extenso, pero por desgracia no fui bendecido con el noble arte de la escritura.
Que tengas un buen viaje y si ves un sitio «chulo» alla donde estes, donde nos podamos sentar a charlar y tomar una copa, no dudes en reservarme una silla. No te preocupes si tardo un poco en llegar, simplemente es porque tengo unas cosillas que hacer aquí abajo y me va a llevar un poco de tiempo.
Hasta la vista Paloma