LA ROSA, por VITRIOL
Algo de historia…
En todas las tradiciones antiguas el símbolo de las flores se encuentra muy difundido, vinculadas mutuamente por ciertas correspondencias, uno de sus sentidos principales es el que se refiere al principio femenino o pasivo de la manifestación, es decir a Prakrti, la sustancia universal, y a este respecto la flor equivale a cierto número de otros símbolos, entre los cuales uno de los más importantes es la copa.
Como ésta, en efecto, la flor evoca por su forma misma la idea de receptáculo, y también se habla corrientemente del cáliz de una flor. Por otra parte, el abrirse de la flor representa a la vez el desarrollo de la manifestación misma.
La Rosa era un símbolo sagrado perteneciente a Afrodita en la antigua Grecia, símbolo que conservó Venus al pasar a la mitología romana, ha sido siempre símbolo de belleza, al igual que de Sabiduría y de Virtud, como lo prueba el Asno de Oro de Apuleyo, en el que el protagonista recobra su humanidad comiendo de sus pétalos.
La Rosa fue un símbolo sacro de vitalidad en la cultura Tracia, especialmente en los ritos dedicados a Sabasius, dios de los placeres. Precisamente uno de los principales festivales tracianos a favor de Dionisio (Baco para los romanos), se denominaba Rosalía.
Según la leyenda, Midas, Rey de Frigia, tenía un Jardín de las Rosas mágico, en el que cultivaba rosas de 60 pétalos, ya que sólo estas rosas eran capaces de operar ciertos prodigios.
Entre druidas y curanderos del centro de Europa, la rosa era considerada como una flor afrodisíaca, tanto por su perfume como por su esencia en forma de tisana. Pero eso no era todo, la rosa era una flor sagrada porque era un eficaz remedio contra las intoxicaciones en general y contra las alergias respiratorias.
Pero la rosa también ha sido símbolo funerario y una representación de lo efímero de la vida y la belleza.
Uno de los jardines brahmánicos de los cielos contenía una Rosa de Oro relacionada con el Lirio del Aureo Florecer, o chakra superior de la conciencia en los hombres elevados.
En el antiguo Egipto la rosa era un símbolo de regeneración, pero esta no era la rosa que conocemos en Occidente, sino la Rosa de Jericó, una flor que tiene la curiosa cualidad de “revivir”, después de seca si se la introduce en agua. La flor, de hecho, no revive, pero se hidrata lo suficiente como para ofrecer una apariencia lozana cuando esta sumergida en agua.
Plinio el Viejo recoge algunos significados de las rosas según sus colores en los distintos pueblos que visitó para realizar sus catálogos.
En este sentido encontramos que la rosa blanca representa el silencio, el secreto y la discreción. Ponerse una rosa blanca en los labios indicaba guardar silencio, y ponérsela sobre la oreja indicaba no hacer caso de las palabras escuchadas.
La rosa amarilla significaba tristeza, duelo, nostalgia o pérdida, y a menudo se utilizaba para romper una relación o para iniciar una disputa.
La rosa roja generalmente estaba relacionada con el amor, pero también era tomada como un símbolo de guerra, amenaza o advertencia.
La rosa azul, inexistente como tal, era una flor legendaria relacionada con los fantasmas, los muertos, el más allá y toda surte de maravillas y sortilegios.
En la mitología griega podemos encontrar una explicación de los colores de la rosa, que según ellos era solo blanca en un principio y simbolizaba el secreto sacralizado por Cupido para contener los amores de Afrodita. Pero Adonis se atrevió con la Diosa y al buscarla entre las rosas blancas se pinchó con sus espinas y su sangre convirtió a algunas rosas en rojas flores cómplices del amor.
Para las culturas semíticas entre ellas la hebrea, la rosa simboliza la apertura de mente o los cuestionamientos. En este sentido los pétalos de las flores han servido desde hace milenios para contar preguntas, proponer enigmas, y llevar la cuenta de cualquier serie de oraciones. En este sentido el rosario católico es una herencia de las flores de antaño.
Las alfombras de pétalos de rosas en algunos Templos se utilizaban para sacralizar el suelo y preservarlo de los malos espíritus.
En el norte de África y en el Cantar de los Cantares, la rosa representa el acto sexual, especialmente el que se desarrolla entre un monarca y una mujer, es decir, que la rosa representa a la pasión.
La rosa, en la tradición Cabalística, también representa a Malkuth calmada y satisfecha por su unión con el Kether inferior.
La rosa de pétalos abiertos, tan frecuente en muchas catedrales, representa a la Virgen dando a luz a Cristo. La rosa también representa a Cristo como fruto del vientre de la Virgen tras la unión con el Espíritu Santo.
Un poco de simbolismo alquimico…
La antigua Sabiduría pudo muy bien conservarse y trasmitirse Sub-rosa, es decir, en secreto y debajo de la hermosura; aqui tenemos el carácter verdadero del Renacimiento, expresando y ocultando in recesu la idea humanista, o sea, la del universalismo y del eclecticismo filosófico.
Esta idea herméticamente encerrada desde un principio, pudo enseguida aparecer mas libre, clara y evidente según nos es fácil de observar cuando estudiamos el desarrollo ulterior del movimiento, cuando los DIOSES, adquieren un dominio siempre más pleno del arte y de la literatura.
La Rosa era precisamente el símbolo más apropiado y universalmente conocido de esa sustancia primera, en la cual se hallan inherentes la vida y la inteligencia Divina, y de la misma piedra filosofal, resultando de la mística labor alquímica, que la manifiesta en su grado más profundo, sublime y elevado de perfección.
Se trata de una verdadera Rosa Mística, que podría identificarse con la Virgen y Madre Divina, a la cual había de buscarse y se encontraba en la misma perfección de la sustancia y de la inteligencia, también representada por la Piedra Cúbica.
En estos tiempos en los cuales la Humanidad ve sus esperanzas menguadas, la Luz que se desvanece y se siente por momentos entre tinieblas, es prioritario que abandonando ese estado de letargo al cual la han sometido, salga a la búsqueda del reencuentro de una serie de ideales y de “valores espirituales” a fin de ingresar a una nueva, mas elevada y más profunda percepción, visión y conciencia de la realidad, todo esto simbolizado precisamente por la Rosa.
Se trata de subir, elevarnos sobre nuestra personalidad ilusoria, sobre el actual reflejo de nuestro Yo, en una mejor realización operativa de nuestro ser verdadero, utilizando cada piedra con la que hemos tropezado, como grada para ascender más arriba.
Animados por un motivo ideal, impersonal y superior, haciendo el bien, como mejor podemos, según nuestro propio discernimiento y capacidad, trabajando desinteresadamente por el bien de los demás; alli, precisamente allí es cuando palpita la Rosa cual corazón radiante impulsando los estados superiores de conciencia e inundando de armonía y paz a nosotros y nuestro entorno, somos uno con la esencia, somos esa Rosa palpitante, sudamos sangre, portamos la vívida esencia de la ARMONIA y el SERVICIO, compartimos el pan de la Sabiduría y el vino de la vida, alimentamos y somos alimentados, vemos y somos vistos, alcanzamos y somos alcanzados por el estado de Gracia y avanzamos en el camino de la Luz del cual somos inundados.
Esa realización satvica, que llena la conciencia de Paz y Felicidad, es el Verbo encarnado, la Rosa Mística, el hombre que se encuentra a si mismo en su propia, divina realidad, que se reconoce en la Imagen Eterna e Incorruptible de su propia perfección inherente, que no puede ser afectado, herido o limitado por ninguna circunstancia exterior, es el Botón de la Rosa, el pimpollo cuyo florecimiento manifiesta plenamente esta verdad en nuestro mundo causativo interno y en el mundo exterior de los efectos.
Entonces la Perfección y la Plenitud Eterna de la Realidad trascendente reflejase naturalmente en aquella Rosa de la Vida, que es el Alma que se halla en el centro de toda manifestación individual, asi dicha Rosa se transforma en la Rosa Filosófica, por medio de la cual la Gran Obra ha llegado al deseado objetivo.
El satva impuro de la vida vegetativa se ha purificado, pasando al estado tamásico de putrefac
ción y el rajásico de destilación, convirtiéndose en el satva superior que es la propia virtud trsmutadora del “lapis philosophorum”.
Es pues suficiente una partícula mínima de esa Piedra o Rosa Filosófica, proyectandose sobre cualquier metal que se halle en estado de fusión, o sea, este suficientemente calculado por la Fe, a la cual acompaña su hermana la Esperanza, cuyas presencias hace posible la resurrección de la Caridad, para que esa proyección en que se hace manifiesto el Amor Divino, la convierta en el Oro de su pura y eterna Perfección Espiritual, elevándola de esta manera por encima del plan de lo corruptible, entonces el Corazón, la Rosa Filosófica, aquella que no se marchita ni se corrompe, por expresar la Perfeccion Infinita, rebosa de gozo, y nace la espontánea aclamación que saluda a esa Divina Presencia Salvadora, derramando el Perfume Inmortal de lo Eterno y toda la vida se hace consciente proyección redentora de la Luz y del Poder que de ella emana.
Esta es la alquimia verdadera que realmente merece ser nombrada ARS REGIA sinónimo de Raja Yoga, su propio cuerpo es el athanor y la materia prima, y en sus aspiraciones el fuego natural que obra sobre aquellos consigue finalmente reducir dicha “materia” al estado de áurea pureza espiritual, ennobleciendo íntegramente la manifestación individual, acercándola mas a la imagen y Semejanza de Dios, que constituye la verdadera e intima naturaleza del Ser.
Vitriolvm
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