La estrategia de este pequeño hotel para conseguir publicidad millonaria sin pagar un céntimo
“Un hotel prohíbe la entrada a influencers y humilla a una bloguera que había pedido alojarse gratis”. En las últimas semanas, medios de más de 60 países se han hecho eco del llamado #bloggergate con titulares similares. Pero el veto no es más que la inteligente maniobra de un empresario cuyo sentido del humor es tan singular como la idea que tiene de cómo funciona el marketing por internet.
Paul Stenson es el gerente de un hotel de tres estrellas situado al norte de Dublín (Irlanda), el Charleville Hotel, que también cuenta con un pequeño restaurante llamado The White Moose Café. Lo más normal sería que fuera uno más entre cientos de alojamientos baratos, que casi nadie los conociera y que este artículo no existiera.
Eso sería lo más normal, pero tanto el hotel como el restaurante son habituales en los medios de comunicación desde 2014. Todo gracias al uso creativo de las redes sociales que hace Stenson, quien demuestra en cada publicación que es un bromista que no cree que la mala publicidad exista. La tome con veganos o con youtubers, los resultados le dan la razón.
El empresario asegura a Xataka que siempre quiso trabajar en el mundo del entretenimiento pero que, como sus padres tenían un hotel, decidió tomar el camino fácil. “Estudié gestión hotelera en lugar de seguir mi sueño, pero ahora mi sueño me ha encontrado y puedo divertir a la gente a través de las redes sociales mientras dirijo el negocio familiar”, asegura por correo electrónico.
Stenson explica que, tras cada publicación humorística, hay un mensaje serio. “A lo largo de los años he aprendido a usar el humor como una herramienta para que los clientes se comporten”. Los clientes que amenazan con dejar una mala opinión en internet si no reciben un descuento fueron una de sus primeras víctimas
Después de que un grupo de alemanes sacara fotos de supuestos fallos en su habitación y se las mostrara al personal del hotel, Stenson contestó en la cuenta de Facebook del hotel. En ella prometía responder con “amenazas de igual (y normalmente mayor) proporción”, incluida la demanda judicial contra cualquier cliente deshonesto.
“Podría ser un alce bueno o uno honesto [moose significa alce en inglés]. Si fuera bueno poca gente nos conocería, porque somos un café con 35 sillas al norte de Dublín. Siendo honesto, el mundo entero nos conoce”, confiesa Stenson.
Foto que Stenson envió a la televisión irlandesa junto a la foto que publicaron.
El alce honesto no paró, mientras Stenson perfeccionaba la receta de la viralidad. Cuando un concierto de Ed Sheeran aumentó el precio de los hoteles de todo Dublín, el empresario sugirió a los clientes descontentos pernoctar en albergues para sin techo, gratuitos. Antes ya había enfadado a los seguidores del cantante Garth Brooks y ofrecido descuentos del 50% a los clientes que no pagaran la factura del agua.
Veganos, celíacos y bebés molestos
Los bebés tampoco se libran de Stenson, que en 2015 dijo que las madres que desearan dar “su propia leche” a sus hijos en el restaurante “en lugar de la nuestra” tendrían que pagar una tasa de cinco euros. Un año más tarde, amenazó a los padres que no controlaran a sus hijos con echarles Valium en el zumo, esta vez sin sobrecargo.
Tras otras osadías con repercusión internacional como responder a una clienta que había dejado una crítica negativa, Stenson comprendió la clave para que ardan las redes: atacar a un colectivo que desate tanto amor y odio que obligue a todo el mundo a posicionarse. Exacto, hablamos de los veganos.
Stenson prohibió entonces la entrada a los veganos a su local, a los que avisaba de que dispararía nada más cruzar la puerta. “Normalmente no matamos a ninguno de nuestros clientes, pero como vosotros decís que ‘la carne es asesinato’ es justo que matemos seres humanos además de animales. Está claro que no hay diferencia”. Directo al Daily Mail.
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