La botica: la glucosamina y sus propiedades
La glucosamina es una sustancia que se encuentra de manera natural en el organismo pudiendo ser encontrada en el liquido que rodea y protege las articulaciones. Puede encontrarse en formato de Sulfato de Glucosamina en suplementos nutricionales que tienen como objetivo la mejora de las articulaciones junto otros componentes como el colágeno de tipo II o el ácido hialurónico.
Aunque la glucosamina puede encontrarse en las conchas de los mariscos, su presentación en formato de sulfato es producida en laboratorios farmacéuticos, así como otras variaciones como en su forma de clorhidrato o acetilado.
También se encuentra en algunos de los alimentos cotidianos, como por ejemplo en los platos que incluyen cartílago sano de animales como los embutidos los cuales contienen oreja o morro de cerdo.
Además de para mejorar el funcionamiento de las articulaciones, el sulfato de glucosamina está presente en remedios para tratar la artrosis, artritis y osteoartritis, pudiéndose encontrar en formato de cápsulas o cremas.
LA GLUCOSAMINA y LA ARTROSIS
Las lesiones degenerativas articulares causadas por el avance de la edad o de ejercicios mal realizados comprometiendo el movimiento, son factores por las cuales las articulaciones puedan resultar frágiles y susceptibles a dolores, por lo que es importante protegerlas para retrasar el proceso degenerativo.
Con el fin de aliviar el dolor y frenar la degradación del líquido de las articulaciones, el sulfato de glucosamina se utiliza frecuentemente para combatir la artrosis, especialmente si la zona afectada es la rodilla. Su efecto no es inmediato, pero del mismo modo, sus beneficios se prolongan en el tiempo.
Podemos encontrarlo combinado junto la condroitina, una fórmula muy popular que podemos encontrar en diferentes composiciones ya que sus beneficios tienen mejora directa sobre el líquido que rodea las articulaciones.
La glucosamina y la condroitina son dos sustancias en las articulaciones cuya función nutrir y mantener las articulaciones sanas.
CÓMO FUNCIONA?
La glucosamina se produce en el cuerpo humano y resulta esencial para la síntesis de colágeno de regeneración del mismo evitando la degradación del cartílago, de ahí su importancia en las articulaciones.
Cuando existen daños en la zona cartilaginosa que protege las articulaciones, el colágeno deja de ser tan efectivo, lo que puede derivar en problemas mayores de elasticidad o dolores punzantes en movimientos cotidianos como flexionar las rodillas o levantar el brazo.
Aquí es donde cuando el sulfato de glucosamina actúa estimulando la producción de las células encargadas de crear y regenerar el cartílago, evitando así su desgaste mediante un proceso natural.
Algunos estudios demuestran que puede tener efecto en la reducción del dolor y aumento de la movilidad de las articulaciones en casos de artrosis previamente diagnosticados.
Alimentos ricos en glucosamina
Los suplementos que contienen glucosamina se usan ampliamente para combatir los síntomas de la osteoartritis y proteger el sistema músculo-articular, porque el compuesto natural alivia eficazmente el dolo, la hinchazón y la rigidez en personas débiles con enfermedad crónica. Aunque haya pocas fuentes de alimentos ricos en glucosamina, algunos productos han sido fortificados con sus activos para proveer sus famosos beneficios.
Los crustáceos
La mayoría de los suplementos se hacen de los exoesqueletos, o capas exteriores de crustáceos; los que son comestibles como el camarón, la langosta, o el cangrejo pueden proporcionar trazas de glucosamina en sus conchas y colas. En el mundo occidental se descartan esas partes porque son difíciles de masticar y digerir, pero se pueden usar moliendo a fondo y mezclarlos en las sopas, guisos, pastas, u otras recetas; no hablamos de sus carnes, sino de sus cartílagos o exoesqueletos.
Las menudencias
La glucosamina se produce naturalmente en todas las formas de cartílago sano; las orejas de un animal sacrificado, su hocico y los tejidos de las articulaciones contienen glucosamina, pero estas formas resistentes rara vez se consumen en algunas regiones. Las carnes tradicionales campesinas y embutidos, como el queso de cabeza de cerdo pueden proporcionar mucha glucosamina y las menudencias cartilaginosas en algunas partes se aprovechan como alimento en los estofados, guisos o sopas.
Otras fuentes de glucosamina
La regla empírica es que cualquier comida con cartílagos o huesos forma parte de los alimentos ricos en glucosamina; en la península y en tierras latinas esto puede ser culturalmente aceptable, pues los platos como sopas de talón de vaca, cerdo, conejo o pollo pueden ser apetecibles. Al igual que con el cartílago, la glucosamina también se encuentra en la médula ósea de los animales, y es rica en nutrientes específicos, así que vale la pena probarlas; las fuentes de la médula ósea de los cuellos de las aves de corral por ejemplo contienen mucha glucosamina.
El hongo maitake, muy usado en Asia y Europa, es uno de los condimentos que aprovechamos poco en nuestra cocina occidental; su poderes van más allá de su contenido de vitaminas y minerales para fortalecer nuestro sistema inmunológico, pues además es un poderoso antioxidante, y junto con su activo ergosterol que se convierte en vitamina D para fijar el calcio en nuestros huesos, contiene mucha glucosamina y condroitina, para proteger el cartílago óseo.
Por otro lado la glucosamina que se añade a las bebidas deportivas es probable que sea sintética de todos modos, y como las personas normalmente no consumen exoesqueletos de los animales marinos, las fuentes más preferidas provienen de las carnes silvestres y las aves de corral. Muchos de nosotros nos resistimos a consumir algunas de estas partes, siendo la suplementación la mejor manera de consumir, especialmente cuando se entrena duro y se necesita de articulaciones fuertes para lograr obtener resultados protegiendo la salud articular y manteniendo el bienestar en general.