JOSEP XIFRÉ por Marta Embid
Muchos son los personajes que a lo largo de la historia han dejado impronta, no solo por aquello que supieron transmitir y fueron en vida… sino que han sido capaces a través del tiempo de perdurar en la memoria de muchos como llama incandescente. Algo que sin duda alguna desde tiempos primigenios de una manera u otra han llegado a nuestros días marcando nuestro camino en menor o mayor medida.
Pero también existe una doble cara en la moneda, aquellos que a pesar de sus logros, su perseverancia o carisma, y habiendo contribuido a la historia, han pasado apenas sin pena ni gloria ya sea en los libros y en nuestras vidas.
Podríamos decir que Josep Xifré y Casas sería un claro ejemplo de lo mencionado, un personaje con claro oscuros y una vida cuanto menos apasionante, pero que sin embargo apenas casi nadie recuerda, a no ser por…
Josep Xifré y Casas nació en la pequeña población Barcelonesa de Arenys de Mar en el año 1777.
Con veintiún años, su vida cambió, venía de familia de marineros, aquellos que hacían la ruta con las Américas, decidiéndose a embarcar y buscar fortuna en el nuevo mundo.
Un tipo peculiar, tímido y avispado para los negocios, pero con una gran losa a sus espaldas ya qué su padre al morir dejó grandes deudas a la familia, lo que provocó que Josep se prometiese cambiar el sino de su familia.
Algo que logró a los pocos años desde que llego a la Habana, logró poseer campos de azúcar y tabaco, la industria que heredó de su tío… ocasionó que Josep Xifré se hiciese millonario, otros hablan de dudosas tretas entre tantos negocios…
No dejaba tiempo para el ocio, huyendo de la alta sociedad y las fiestas de la época. Se relacionaba con banqueros, constructores, y hombres de negocios como él.
Pero como todo buen indiano, añoraba su tierra, aquella que la vio nacer, y a su vejez y después de una vida prospera, siendo uno de los hombres más ricos de aquella época en España, Josep decidió volver.
Adquirió diferentes terrenos para construir varios edificios, dos de los más importantes sin duda son los que se encuentran en el paseo de Isabel II, cerca del puerto de Barcelona, donde mandó construir un edificio para albergar cien viviendas de lujo, con agua corriente, algo revolucionario en la época, corría el año 1840.
El cual no puede dejar indiferente a nadie, ya que debido a la simbología existente en su fachada muchos han querido ver a un Josep Xifré, Masón, algo a pesar de lo que digan no se puede aseverar, más bien estaríamos ante unos elementos simbólicos universales, además de una vida dedicada a ultramar y a las Américas, que bien quería quedasen para siempre en la fachada del edificio, hoy conocido como Los Porches del Xifré, aunque no se puede negar que tanto en La Habana como en Estados Unidos y más tarde en Paris, se relacionaba con ellos.
Pero sin duda alguna, a este personaje también le cubría un halo de misterio difícil de obviar.
Debido a una epidemia de cólera, y a las muertes que ésta provocó, se prometió que no quería volver a ver una imagen tan dantesca en su querida Arenys, y mandó construir un hospital para gente necesitada y pobre en Arenys de Mar.
Desde entonces, y más allá incluso de su fenecimiento, Josep Xifré siguió muy presente en su localidad de nacimiento, es común que un personaje como él, a pesar de las pequeñas pinceladas sobre su vida que os he mostrado, dejara impronta, aunque como un misterio sin resolver, como al principio de éstas líneas os he comentado, fuera de ella, era el perfecto olvidado.
Su hijo mandó construir un mausoleo y una capilla dentro del edificio Xifré de Arenys, donde están depositados sus restos.
Desde entonces, una leyenda corre por la población:
Josep Xifré vaga y se manifiesta por su edificio, hasta que no se lleve a cabo su última voluntad, y el edificio vuelva a ser un hospital.
Como es sabido las leyendas siempre contienen visos de realidad, entremezclándose con lo fantástico.
Desde entonces muchos son los testigos que dicen que entre sus paredes moran ignotas presencias, atribuyendo a la figura de Josep Xifré tan sospechosa fama.
Entre los sucesos que dicen acontecen, no faltan las apariciones, puertas que se abren y se cierran sin que ninguna persona las manipule, cambios bruscos de temperatura, sombras que recorren los amplios pasillos…
No podemos dar respuesta a lo que dicen que pasa entre aquellas antiguas paredes, pero si es palpable la figura del mecenas que mandó construir el edificio.
Hoy día el edificio Xifré alberga oficinas municipales, donde cualquier ciudadano puede acercarse para gestionar sus asuntos, un edificio donde al caer la noche alcanza su mayor majestuosidad… y donde quizá muchos se sientan observados mientras recorren sus pasillos.
Descanse usted en paz Señor Xifré.
Marta Embid desarrolló ampliamente este caso investigado por ella en una conferencia organizada por Divulgadores del Misterio.
Podéis descargar el AUDIO de esta conferencia en nuestro canal de IVOOX:
http://www.ivoox.com/28-3-15-marta-embid-el-caso-xifre-audios-mp3_rf_4288771_1.htm
https://www.youtube.com/watch?v=PNQr_bNQLBI