Graban por primera vez el sonido de una de las ballenas más raras del planeta
Para que los investigadores den a un grupo de sonidos el estatus de canción deben contener una serie de patrones rítmicos producidos de manera consistente
La ballena franca del Pacífico norte, Eubalaena japónica, es una de las especies de cetáceos más amenazadas del planeta. Se estima que quedan menos de un centenar de ellas navegando por los océanos, pero los investigadores siempre han mantenido mucho interés por este animal. Ahora, han conseguido algo histórico: grabar sus sonidos por primera vez en forma de canción.
Los investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) utilizaron grabadores acústicos amarrados a boyas para tratar de capturar diversos patrones repetidos en las llamadas de estas ballenas. Tal y como explica a The Guardian Jessica Crance, bióloga marina de NOAA, es la primera vez que se documenta una canción de este tipo de ballenas.
Todo comenzó en 2010, cuando los científicos escucharon unos sonidos que no fueron capaces de identificar. Ahora, y después de ocho años de investigación, han sido capaces de detectar cuatro canciones o grupos de sonidos distintos en cinco lugares del Mar de Bering, frente a la costa suroeste de Alaska, y saben que pertenecen a la ballena franca del Pacífico norte.
En peligro de extinción
Aunque los primeros años de investigación no lograron resultados, todo cambió en 2017 cuando escucharon sonidos de ballenas en tiempo real procedentes de las grabadoras que habían colocado en diferentes boyas: «Fue genial obtener finalmente la confirmación cuando salimos al mar de que sí, era una ballena franca y se trataba de un macho que estaba cantando».
Para ser los investigadores concedan a los sonidos el estatus de canción, deben contener una serie de patrones rítmicos producidos de manera constante
Este tipo de ballenas son capaces de hacer una gran variedad de sonidos, aunque el más común suena como un disparo. También emiten llamadas con tonos ascendentes, más bajos, una especie de gemidos e, incluso, gritos. Para ser los investigadores concedan a los sonidos el estatus de canción, deben contener una serie de patrones rítmicos producidos de manera constantepara formar patrones claramente reconocibles.
El mayor riesgo de estos cetáceos es su escaso número de ejemplares supervivientes, una cifra que algunos reducen hasta apenas 30 ballenas. La última vez que los investigadores de NOAA vieron una pareja de madre-cría en el Mar de Bering se remonta al año 2004. Y cada día que pasa estamos más cerca de que esta especie desaparezca.
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