El chip más grande del mundo tiene el tamaño de un portátil

Antes de los chips, los ordenadores ocupaban una sala entera. Los chips revolucionaron la informática porque permitían miniaturizar el tamaño de un ordenador. Y gracias a la reducción de tamaño, tenemos los móviles o las tablets. Un chip móvil tiene el tamaño de una uña, e incluso el chip de ordenador más grande cabe en una tarjeta de crédito. Todos ellos quedan empequeñecidos por el chip más grande del mundo, que tiene el tamaño de un portátil.
Ha sido desarrollado por la compañía californiana Cerebras, y está especialmente diseñado para la Inteligencia Artificial. ¿Por qué diseñar un chip del tamaño de un ordenador, cuando la tendencia actual es reducirlos?
El chip más grande del mundo es 56 veces más grande que el segundo. Mide 21,5 centímetros de largo, tiene una superficie de 46.225 milímetros cuadrados, y nada menos que 1,2 billones de transistores. Sí, billones españoles (es decir, trillones americanos…). En cifras, 1.200.000 millones de transistores:

A modo de comparación, el actual chip de ordenador más grande tiene una superficie de 815 milímetros cuadrados, y 21.000 millones de transistores.
La Inteligencia Artificial exige una gran potencia de proceso para su entrenamiento, por eso se utilizan GPUs o chips gráficos basados en los que usan las consolas o los PCs para gaming, porque son los más potentes del mercado.
A nivel profesional, para entrenar a la IA se suelen conectar docenas de GPUs para que trabajen en paralelo, sumando su potencia de proceso. En lugar de usar docenas de chips Cerebras propone un único chip gigante, que aumenta el rendimiento y reduce el coste.
El chip más grande del mundo tiene nada menos que 400.000 cores o núcleos, optimizados para la inteligencia artificial. Su proceso de diseño ha costado casi cuatro años.
En la fabricación de chips tradicionales, se parte de una oblea de silicio: un lámina en la que se recortan los chips. Pero como ocurre cuando moldeas galletas a partir de una lámina de masa, al recortar los chips sobran trozos de esa oblea, que se desperdician. Cerebras ha creado su chip gigante utilizando una oblea completa, con lo que se maximiza el coste porque no se desperdicia nada.
El principal problema de un chip tan grande es que aumenta también la probabilidad de un error en la fabricación, que estropee algún transistor. Cerebras lo ha solucionado añadiendo transistores redundantes, sin uso, que se pueden activar si existe alguno estropeado.
Teniendo en cuenta que un chip convencional cuesta cientos de euros, el precio se dispara con uno que es 56 veces más grande. Cerebras no ha querido dar precios, pero asegura que el coste es menor que «comprar 56 chips convencionales y usarlos en paralelo«.
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