¿Dieta vegana, dieta sana? Ya no. La industria se está haciendo de oro gracias a los ultraprocesados

En plena era de la comida real, donde los más sostenibles solo consumen fruta local y de temporada, la industria vegana está cada vez más centrada en ofrecernos productos ultraprocesados que buscan imitar los clásicos de las grandes marcas. No solo resulta más barato fabricar unas Oreo sin leche, sino que la rentabilidad es mayor que crear una nueva galleta vegana y saludable. Tanto que para 2026 se estima que el mercado de productos veganos genere 24,3 mil millones de beneficios.
Más cuota de mercado. La expansión de la dieta vegana está impulsando la demanda y producción de sucedáneos vegetales que imitan los alimentos estrella procedentes de los animales. En 2017, el 6% de los norteamericanos ya se declaraban veganos, lo que supuso un crecimiento del 500% respecto a las cifras de 2014. Al hilo de este cambio en los hábitos de consumo, este otro estudio evidencia cómo la demanda de menús veganos también ha aumentado en los últimos años. Concretamente, un 987% de 2012 a 2017. Con un crecimiento del 9,1% anual, se espera que para 2026 la industria alimentaria vegana genere 24.3 mil millones de beneficios en todo el mundo.
Dieta procesada. Producir alimentos aptos para veganos puede salir muy rentable si, entre otras cosas, en su fabricación se utilizan ingredientes de bajo valor nutricional o materias primas muy baratas. Y esta es la dirección hacia la que avanza una industria más focalizada en crear la mejor hamburguesa de carne falsa que en utilizar ingredientes reales en la producción de alimentos. Los ultraprocesados elaborados a partir de extracto de proteínas, almidones o aceites vegetales evidencian cómo se está llenando de productos poco saludables, una dieta cuya base eran las plantas y las legumbres.
Fermentación de precisión. Este es uno de los procesos bioquímicos que más pueden afectar a la industria alimentaria tal y como la conocemos hoy. El mero hecho de que ya sea posible programar microorganismos para producir moléculas orgánicas complejas como las proteínas o los lípidos, abre la veda a que alimentos como la leche o la carne puedan ser producidos por laboratorios sin la necesidad de sacrificar animales. Según este artículo, para 2030 la reducción de costes de este tipo de procedimientos se abaratará tanto que hará tambalear la industria ganadera tradicional. Mientras en 2019 un kilo de fermentación por precisión cuesta 100 dólares, se estima que para 2025 ronde los 10$.
El boom de la carne falsa es solo un aperitivo de los retos a los que se enfrentará en el futuro esta nueva industria. Los Burger King que ofrecen la Impossible Whopper han incrementado un 17% sus visitas desde que ofrecen la hamburguesa creada en los laboratorios de empresas como Impossible Foods o Beyond Meat. De hecho, la demanda es tal que está comenzando a convertirse en un problema de abastecimiento para las propias empresas que las fabrican. Es decir, a pesar de que es posible crear proteínas artificiales, lo que de momento no es tan viable es satisfacer los deseos culinarios de tanta gente.
FUENTE