Batalla de Jena – Auerstädt (1806 d.c.)
La batalla de Jena se libró el 14 de octubre de 1806 y enfrentó al ejército francés bajo el mando de Napoleón contra el segundo ejército prusiano comandado por Federico Guillermo III de Prusia. Esta batalla, junto a la batalla de Auerstädt, significó la derrota de Prusia y su salida de las guerras napoleónicas hasta 1813.
Desarrollo
La vanguardia del ejército francés llegó a Jena a últimas horas del 13 de octubre a las órdenes del Mariscal Jean Lannes, uniéndosele posteriormente la fuerza del Emperador, lo que resultó en un ejército de más de 100.000 hombres. Frente a ellos, los prusianos reúnen a unos 70.000 hombres al mando del Príncipe Friedrich Hohenloe.
La batalla es desencadenada por una carga incontrolada del Mariscal Michel Ney, que se lanza contra los prusianos, habiendo de ser rescatado por la caballería francesa antes de que fuera completamente aniquilado. El posterior avance del grueso del ejército francés, con la caballería al mando de Murat, pone finalmente en retirada al ejército prusiano, que al mismo tiempo estaba siendo fuertemente acosado por el Mariscal Davout en Auerstädt.
Tras el combate principal, el ejército francés avanzó, ya prácticamente sin resistencia, tomando las ciudades de Erfurt y finalmente, Berlín, forzando el exilio de la familia real prusiana.
Batalla de Auerstädt
La batalla de Auerstädt opuso al primer ejército prusiano al mando del rey Federico Guillermo III de Prusia y el duque Carlos Guillermo Fernando de Brunswick contra parte del ejército francés dirigido por Louis Nicolas Davout el 14 de octubre de 1806, paralelamente a la batalla de Jena, que se libró en la misma fecha.
El 14 de octubre de 1806, el ejército prusiano, una referencia en Europa durante medio siglo, fue derrotado en dos batallas simultáneas. El Mariscal Davout, al mando del ala derecha del ejército francés, se enfrentó a los prusianos en Auerstädt, mientras que el Emperador Napoleón lo hacía en Jena.
El Emperador condujo la campaña con el objetivo de tomar Berlín. Tras un encuentro en Saalfeld, siguió persiguiendo al ejército prusiano. Pensando que este se encontraba en Weimar, retirándose hacia Leipzig, aceleró la marcha para enfrentarlo en Jena. Sus exploradores le indicaron que alcanzarían a los prusianos durante el día 13 de octubre. Napoleón pensó que tenía frente a él al grueso del ejército prusiano. En la noche del 13 al 14, mandó a Davout para que se adelantara e hiciera frente al flanco derecho del ejército prusiano con el fin de llevarlos a terreno abierto, donde el grueso de la tropa francesa pudieran combatirlos con mayor eficacia.
Davout se enfrenta entonces a lo que era en realidad un fortísimo cuerpo de ejército con más de 60.000 hombres, contra los 26.000 del mariscal francés. Sin embargo, haciendo gala de unos conocimientos tácticos muy superiores, contuvo a las fuerzas bajo el mando del Duque de Brunswick, que murió en esta acción. En la posterior contraofensiva francesa, este ejército prusiano, ahora al mando del mismísimo rey Federico Guillermo, fue derrotado.
Esta derrota, junto a la de la batalla de Jena, significó para Prusia el fin de la guerra, la ocupación del territorio nacional por las tropas francesas, la toma de Berlín y la renuncia a importantes posesiones territoriales según el Tratado de Tilsit.