Al ritmo actual, en 2030 tendremos un 0,3% de los enchufes necesarios
La Unión Europea espera que en 2030 se hayan reducido las emisiones contaminantes de CO2 de los automóviles en un 37,5%, respecto a lo que los tubos de escape expulsaron en 2021. Para conseguirlo, el Gobierno tiene definido el Plan Nacional Integrado de Energia y Clima (PNIEC). Un proyecto que, sin embargo, está muy lejos de los objetivos propuestos.
El PNIEC. El pasado 20 de enero de 2020 el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico remitió a la Unión Europea el Plan Nacional Integrado de Energia y Clima (PNIEC). En este proyecto se recogen las medidas a tomar para conseguir reducir las emisiones de efecto invernadero en un 23% respecto a las cifradas en 1990.
En el PNIEC se realiza una fotografía completa de la situación energética de nuestro país, los retos a los que nos enfrentamos y los medios para conseguir los objetivos. En él se recogen objetivos tanto para la reducción de consumo de combustibles fósiles como para limitar nuestra dependencia energética.
Automóviles. Según las estimaciones gubernamentales, para conseguir los objetivos deseados es necesario que el parque móvil español alcance en 2030 unas cifras de tres millones de automóviles altamente electrificados. De ellos, el 70% deberían ser eléctricos y el 30% híbridos enchufables. La Unión Europea, por su parte, reclama que, para 2030, el 40% del parque móvil español lo representen vehículos eléctricos o híbridos enchufables.
Sin embargo, desde ANFAC tienen sus dudas de que estos objetivos puedan cumplirse. Según los de su Barómetro de Electromovilidad, entre enero y marzo de 2022 se registraron 17.704 turismos electrificados. Es un 14,8% de los turismos electrificados que se deberían conseguir en 2022, pues la cifra deseada cuando termine el año es de 120 automóviles de este tipo. A este ritmo, en 2030 tendremos un 3,3% de los automóviles electrificados que deberíamos tener.
Puntos de carga. La fotografía es todavía más problemática si atendemos a los puntos de carga. La Comisión Europea apunta a que es necesario un punto de carga por cada 10 automóviles eléctricos o híbridos enchufables. ANFAC, sin embargo, apunta a que son necesarios 10,3 puntos de recarga por cada 1.000 personas en edad motorizable.
Y los datos son aún peores si los comparamos con el número de automóviles registrados. Entre enero y marzo de 2022 se instalaron 833 puntos de recarga pública. A finales de este año, deberíamos contar en España con 45.000 puntos de recarga pública. En estos momentos hay 13.411 enchufes, un 2,6% de los que deberíamos tener en diciembre de 2022. Pero es que, a este ritmo, en 2030 sólo contaremos con un 0,3% de enchufes de los 340.000 accesos públicos que deberíamos tener, según la asociación de fabricantes.
Europa. Dicen que mal de muchos… y lo cierto es que España está muy lejos de cumplir sus objetivos pero es que el resto de países europeos no está mucho mejor. En su Barómetro de la Electromovilidad, ANFAC señala que España ha mejorado el indicador de su infraestructura en 0,7 puntos respecto al último informe de 2021. En estos momentos, nos situamos en una nota de 4,8 sobre 100.
Noruega es el único país que cumple, con 114 puntos. Países Bajos es la segunda región más avanzada, pero cuenta con una valoración de 47 puntos. Alemania, el tercer país con mejor nota, ya queda en un 12,9 sobre 100. La media de la Unión Europea son 9,8 puntos y Reino Unido, Portugal, Francia o República Checa tienen mejores datos que España.
Si se tienen en cuenta los puntos de recarga respecto a la población en edad motorizable, España cae hasta los 4,3 puntos. Una clasificación en la que nadie cumple. Países Bajos se sitúa en 74,8 puntos y Noruega en 65,8. La media europea, aquí, está todavía más alejada, pues se incrementa hasta los 10,8 puntos, por lo que la brecha es aún mayor.
A la fuerza. Aunque ANFAC registra que el número de eléctricos e híbridos enchufables sólo será de un 3,3% en nuestro país de los objetivos marcados para 2030, es esperable que éstos aumenten en los próximos años. Hay que tener en cuenta que los vehículos de combustión verán drásticamente reducida su oferta con la nueva normativa Euro 7, que obligará, en la práctica, a dejar estos automóviles a un lado.
Sin embargo, la infraestructura de recarga sí presenta más problemas. El Gobierno lleva tiempo queriendo estimular la instalación de enchufes. En los garajes comunitarios, el usuario de coche eléctrico sólo necesita avisar de la instalación a los vecinos. También han sido declarados como Bien de Interés Público para facilitar las gestiones. Y en 2023 se quieren tener disponibles 100.000 puntos de carga públicos.
Y, pese a todo, España está lejísimos de los datos esperados. Europa, además, necesita instalar 14.000 puntos de carga semanales para hacer viable el despliegue del coche eléctrico pero el ritmo es de 2.000 puntos cada siete días. Con la Unión Europea presionando para vender vehículos altamente electrificados y una infraestructura de recarga que no crece al ritmo esperado, podemos encontrarnos con un importante cuello de botella muy pronto.
FUENTE
XATAKA