El Grial de Alfonso VIII por Javier Navarrete
Grupo Hepta :Javier Navarrete: «El Grial de Alfonso VIII» 02-03-2015
El Santo Grial es el plato o copa usado por Jesucristo en la Última Cena. La relación entre el Grial, el Cáliz y José de Arimatea procede de la obra de Robert de Boron Joseph d’Arimathie, publicada en el siglo XII. Según este relato, Jesús, ya resucitado, se aparece a José para entregarle el Grial y ordenarle que lo lleve a la isla de Britania. Siguiendo esta tradición, autores posteriores cuentan que el mismo José usó el cáliz para recoger la sangre y el agua emanadas de la herida abierta por la lanza del centurión en el costado de Cristo y que, más tarde, en Britania, estableció una dinastía de guardianes para mantenerlo a salvo y escondido. La búsqueda del Santo Grial es un importante elemento en las historias relacionadas con el Rey Arturo (el Ciclo Artúrico o Materia de Bretaña) donde se combinan la tradicióncristiana con antiguos mitos celtas referidos a un caldero divino.
Otras leyendas acerca del Grial se entrecruzan con las relativas a las distintas copas antiguas que se consideran el Santo Cáliz.
La palabra grial —pronunciada «graal» en francés antiguo, galaico-portugués y en inglés medio, «grazal» en los textos provenzales y «greasal» en catalán — parece ser una adaptación del término latino gradalis que implica la idea de un plato, escudilla o bandeja con viandas que es llevado a la mesa en diferentes momentos (gradus) de una comida. Al respecto dice Helinand de Froidmont en su Chronicon (siglo XIII):1 ««Gradalis» o «gradale» en francés, es un plato ancho y hondo, en el cual los alimentos son presentados ceremoniosamente, de a uno por vez, ante un rico durante el desarrollo de la comida. En lengua vernácula se lo llama «greal», el cual satisface y a la vez da la bienvenida a una comida; es de plata o algún metal precioso similar, en tanto que su contenido es una abrumadora serie de costosos manjares.2
En algunos textos de la Baja Edad Media aparece trascrito como «San Gréal»3 4 lo que ha dado lugar a interpretaciones esotéricas según las cuales el nombre derivaría de una supuesta forma «Sang Réal», es decir, «sangre real». Según los defensores de esta idea, que no es aceptada por los medievalistas,5 6 la mención de la sangre no se refiere a la vertida por Cristo y recogida en la copa, como sostienen unánimemente los textos,7 sino a sus supuestos descendientes. Tal hipótesis se desarrolla en el libro de Richard Leigh y Henry Lincoln: El enigma sagrado (The Holy Blood and the Holy Grail, en inglés) utilizado como fuente por Dan Brown para su novela El Código Da Vinci.
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