1001 batallas que cambiaron la historia – La batalla de Kawagoe (1545 d.c.)
Hōjō Ujiyasu (nacido en 1515) representó la 3ª generación Hōjō, y su mandato es considerado el de mayor esplendor del clan. Aunque perdura su fama como comandante, también fue un administrador dotado, y fue precisamente bajo su mandato cuando se acabaron de refinar los métodos de censo y gravamen en las tierras Hōjō. En época de Ujiyasu además de los campesinos, fueron censados e incorporados al sistema artesanos, comerciantes y otros oficios. En el caso de los campesinos, incluso sus viviendas pasaron a figurar dentro del censo. En 1550 los Hōjō detectaron que algunos agricultores estaban abandonando sus campos, así como que había otros que ocultaban parte de su producción. La conclusión del clan es que había que aligerar las cargas de los campesinos en aspectos como la corvea, y sobre todo que había que evitar abusos por parte de los samuráis propietarios. Para ello el clan pasó a involucrarse en la gestión de la recaudación no sólo de las tierras del daimyō sino también la de los samuráis propietarios, perdiendo estos buena parte de su independencia. Una vez censados los vasallos, sus obligaciones económicas y militares fueron registradas bajo el sistema kandaka. En 1559 el registro estaba listo en forma del Odawara-shū shoryō yakuchō, donde se recogían cerca de 500 samuráis de los Hōjō (en 825 villas), cuyas tierras no pertenecían directamente al daimyō; dichas tierras estaban ahora valoradas tanto económica como militarmente en una suma monetaria expresada en “kan” (kanmon). En el sistema kandaka los pagos de impuestos se hacían en metálico (frente al sistema kokudaka que se hacían en arroz). Para que funcionara bien – y muchos daimyōs tuvieron que renunciar a servirse de él-, además de una competente administración, se requería de una cierta capacidad para acuñar y mantener dinero en metálico en circulación. Los Hōjō tenían minas de oro en Izu, pero su producción antes de la era Tokugawa era escasa y para nada comparable con las ricas minas de oro y plata que tenían sus rivales Takeda y Uesugi. A falta de ricas minas, los Hōjō estimularon la creación y desarrollo de centros comerciales por todo el Kantō, centros donde la riqueza agrícola de la región se convertía en moneda. El propio Odawara se convirtió en un importante centro comercial, y en época de Ujiyasu apareció en la ahora ciudad un importante gremio artesanal.
Retrato de Hōjō Ujiyasu.
Estandartes de Hōjō Ujiyasu. La batalla de Kawagoe. Al poco de asumir el mando del clan, Ujiyasu tuvo que confrontar una nueva alianza contra los Hōjō. Las dos ramas Uesugi: Ōgigayatsu y Yamanouchi, decidieron dejar a un lado sus disputas y unirse por fin contra el enemigo común; lo mismo sucedió con los Ashikaga, y el nuevo Koga kubō Ashikaga Haruuji se unió a los Uesugi En el pasado los Hōjō habían medrado aprovechando las disputas entre todos ellos, ahora tocaba enfrentarse a su fuerza combinada. Ya en 1542, los Ōgigayatsu (Ōgigayatsu-Uesugi Tomosada) por su cuenta habían intentado recuperar Kawagoe. Llegado octubre 1544, y fraguada la alianza, ahora serían 85.000 hombres (según las fuentes, aunque la cifra tal vez sea exagerada) los que marcharían contra Kawagoe. Además los aliados contaban con que los Hōjō estuvieran pendientes de su flanco occidental en la provincia de Suruga, donde los Takeda y los Imagawa se habían vuelto a aliar. Ujiyasu estuvo rápido y hábil, tras llegar a un acuerdo de paz con los Imagawa y Takeda, se concentró en salvar Kawagoe. Dicha fortaleza estaba defendida por su hermano adoptivo Hōjō Tsunanari (procedente del clan Kushima, y adoptado por Ujitsuna). Tsunanari (también conocido como Tsunashige) aguantó el asedio durante varios meses dando tiempo a los preparativos de Ujiyasu. Aun así, cuando éste marchó hacia Kawagoe, en marzo de 1545, sólo contaba con unos 8.000 hombres. Un valiente samurái consiguió atravesar las líneas enemigas para informar a Tsunanari de que la ayuda estaba en camino. La intención de Ujiyasu no era un enfrentamiento directo con una fuerza notablemente superior. Envió mensajeros a negociar con Ashikaga Haruuji una salida negociada, al parecer que se permitiera a la guarnición retirarse indemne aunque también puede ser que le tentaran a abandonar la alianza. Las negociaciones fracasaron pero los mensajeros (probablemente en conjunción con los ninja hōjō) se hicieron una buena idea de las disposiciones y del relajado ambiente de victoria en el campo rival. A continuación Ujiyasu decidió llevar a cabo un plan, que sin duda hubiera contado con la aprobación de sus homólogos españoles a un mundo de distancia: una gran “encamisada” nocturna. Las tropas hōjō recibieron ordenes de aligerar su equipo, desprendiéndose de armaduras pesadas y se les proporcionó chaquetas de papel blanco para distinguir entre amigo y enemigo durante la noche. Además de cara al inminente combate se les prohibió que durante él practicaran la arraigada costumbre de detenerse a recolectar las cabezas de los enemigos abatidos. A medianoche del 1 de abril, los hombres de Hōjō Ujiyasu se lanzaron al ataque; ataque al que se unió la guarnición de Kawagoe que ejecutó una salida contra las líneas enemigas. Los aliados fueron tomados totalmente por sorpresa, y para colmo uno de sus líderes: Tomosada cayó muerto. La victoria fue decisiva. La muerte de Tomosada supuso el fin de los Ōgigayatsu-Uesugi; y las otras dos fuerzas quedaron muy debilitadas. Yamanouchi-Uesugi Norimasa, se retiró al castillo de Hirai (Kozuke), que perdería en 1551. A Norimasa no le quedó más remedio que refugiarse en la provincia de Echigo, y ponerse bajo la protección de su vasallo: Nagao Kagetora. Por su parte, Ashikaga Haruuji, sería capturado en 1554. También en 1554 se llegaría a una prometedora paz con los Takeda y los Imagawa, paz reforzada por vínculos matrimoniales.
Estandartes del Ki-sonae (“regimiento” amarillo) de Hōjō Tsunanari.
Batalla de Kawagoe (Gambat Radamkhand).
Campañas en el Kantō 1540-1569