1001 batallas que cambiaron la historia – Batalla de Leuctra (371 a.c.)
Ocurrió el 6 de julio de 371 AC, en los terrenos cercanos a Leuctra, un pueblo de Beocia. Se enfrentaron Tebas y Esparta, con sus aliados respectivos. Terminó con la victoria tebana gracias a las innovadoras tácticas de su comandante, Epaminondas que uso el orden oblicuo. La batalla supuso el comienzo de la hegemonía tebana y el decline de la espartana.
Antecedentes
Las derrotas de Esfactaria y Egospótamos hizo cambiar la formación del ejército en los siguientes aspectos:
Se produce una especialización del ejército: su composición fue cada vez más heterogénea: aumenta la infantería ligera, se aumenta la caballería, aparecen profesionales de la guerra que destacaron en ciertos cuerpos por su especialidad como los arqueros cretenses, peltastas tracios, etc. La especialización y la profesionalidad se impusieron al ejército tradicional. Esto repercutió en las ciudades sitiadas que formaron un sistema de fortificación, murallas reformadas, almenas más altas, se realizaron incursiones contra las máquinas de asedio.
Aparece el mercenariado: Los ciudadanos habían perdido todo el interés por la defensa de sus propias ciudades, debido a las continuas guerras y la ruina que con llevaban. Consideraban el servicio militar como una carga demasiado dura, a cambio el estado cobraba impuestos a sus ciudadanos con el que pagaba los mercenarios que les sustituían en la guerra. Este mercenariado en una época de guerras endémicas se enrolaban muchos pobres y descarriados, atraídos por los sueldos. Esto hizo que los ejércitos disminuyesen de tamaño.
Aprovechando la debilidad de Atenas, que fue derrotada en 404 AC. Con el cambio de siglo, se creó la liga de Boecia ya se había convertido en una potencia militar tremendamente poderosa. En el verano del 395 AC, estaba organizada en once distritos que servían tanto para la administración fiscal, como política o militar. Por cada una de estas circunscripciones o distritos se elegía un beotarca, máximo cargo militar dentro de la Liga. Los beotarcas formaban un colegio de once magistrados, elegidos cada uno por un distrito de la Liga. Ejercían el poder ejecutivo bajo la autoridad del consejo federal, dividido en cuatro secciones. Asumían el mando del ejército federal. Representaban a Beocia en las relaciones entre ciudades, recibían y enviaban embajadores.
Los beotarcas eran elegidos entre octubre y noviembre y entraban a tomar posesión del cargo en enero. En campaña formaban todos ellos el consejo de guerra y siempre era un beotarca tebano quien ostentaba el mando supremo del las fuerzas coaligadas (nunca operaban fuera de Beocia con un beotarca solo, debían ir siempre al menos dos o tres).
Cada distrito debía enviar bajo el mando de un beotarca: 1.000 hoplitas (3 batallones o moras), 100 jinetes (tres escuadrones o hilas), 1.000 infantes ligeros (psiloi) y 100 soldados de infantería montada (hamippoi pezoi). De este modo, el contingente total que podía reunir la liga Beocia ascendía a 24.200 soldados repartidos en cuatro cuerpos fundamentales: 11.000 hoplitas, 1.100 jinetes, 11.000 psiloi y 1.100 hamipos. Estos dos últimos eran infantes ligeros que pertenecían a las clases políticamente no privilegiadas. Nunca se movilizaba el ejército completamente y normalmente acudían a la llamada de la liga, entre 6.000 a 8.000 hoplitas y entre 600 a 800 jinetes.
El hiparco federal beocio, al que se debe distinguir de los hiparcos locales, era el jefe supremo de la caballería beocia y quizás mandara también a los hamipos o la infantería montada. La caballería beocia estaba dividida en unidades, cuyo nombre oficial era hilas, escuadrones de 30 a 40 jinetes mandados por un hilarco.
Los batallones de hoplitas o moras estaban compuestos por unos 300 hombres, el más famoso era el batallón Sagrado de Tebas que estaba compuesto por 150 parejas de homosexuales amantes y que era un ejército permanente pagado por el estado y que tenía su residencia en la ciudad de Cadmea.
Cada batallón o mora estaba mandado por un morarca y estaba formado por 3 compañías o lochos cada una mandada por un lochagos, esta se componía de dos pentecosteros de unos 50 hombres, y estas e a su vez se dividían en dos enomotias que se componían de dos filas de 12 hombres que podían doblarse en 4 filas de 6 hombres. (la formación anterior era de 3 filas de 8). Esta nueva formación le deba más flexibilidad.
Batalla de Coronea (394 AC)
El rey de Esparta Agesilao II se encontraba en Jonia, en campaña contra los persas, donde acababa de ganar la batalla de Nemea, de la que salieron victoriosos los espartanos. Cuando se aliaron Atenas, Tebas, Argos y Corinto (apoyados y financiados por Persia) con el objetivo de frenar la intervención de Esparta en la zona de Asia Menor, siendo llamado urgentemente de nuevo a Esparta, y comenzó una marcha tierra adentro a través de Tracia y la Grecia central hacia el Peloponeso.
En su camino de vuelta, varios contingentes de focios y orcomenios se le unieron, además de algunas moras que estaban situadas como guarniciones en la ruta. En total Agesilao contaba con un ejército de 1.680 hoplitas espartiatas, unos 2.000 neonamodeis que fueron parte de los Diez Mil mercenarios griegos reclutados por Ciro el Joven (incluyendo al propio Jenofonte) mandados por el espartiata Herípidas, algunos contingentes de ciudades griegas de Asia Menor que se le unieron mientras volvía y otros de Orcómeno y Focia. En total disponía de unos 15.000 hoplitas. Jenofonte además señala que tenían bastantes más unidades de peltastas que el enemigo pero el mismo número de unidades de caballería.
Al entrar en Beocia se encontró con la oposición de una fuerza compuesta por 6.000 boecios, 6.000 atenienses, 3.000 eubeos, 7.000 argivos y 3.000 corintios, lo que hacía un total aproximado de 23.000 hoplitas.
Jenofonte describe cómo se dispusieron ambos contingentes. En la derecha del ejército lacedemonio se situó el rey Agesilao junto con las moras de espartiatas, seguido de los veteranos de los Diez Mil, luego los griegos de Asia Menor, luego los focios y finalmente los orcomenios en el extremo izquierdo.
En el bando contrario, los tebanos ocuparon el ala derecha, directamente enfrentados contra los orcomenios, y los argivos el lado izquierdo, enfrentados directamente contra los espartiatas. El encuentro tuvo lugar en la llanura de Coronea, con el contingente lacedemonio marchando desde el río Kephisos y sus oponentes desde el monte Helikon, es decir, Agesilao marchaba desde el sur y sus oponentes desde el norte.
Ambos ejércitos avanzaron en silencio total. Cuando se encontraban a un estadio (175 m), se pararon y recompusieron la filas para iniciar la carga o epidrome. Según la descripción de Jenofonte, en el campo de batalla reinaba un silencio total. A continuación los filas espartanas lanzaron el grrito de guerra y cargaron a la carrera.
Los veteranos de los Diez Mil, mandados por Herípidas, y los griegos asiáticos cargaron contra las tropas que tenían enfrente y pronto envolvieron a sus enemigos, en el otro extremo, los lacedemonios cargaron, pero antes de chocar contra la línea de argivos, estos huyeron presa del pánico.
Los mercenarios cercanos a Agesilao asumieron que la batalla había acabado e incluso ofrecieron una condecoración al rey para conmemorar su victoria. Justo entonces llegaron noticias del otro flanco: los tebanos habían roto las filas de los orcomenios y estaban encima de los carruajes con los suministros, arramblando con el botín que traían de Asia.
Nada más enterarse, Agesilao dio la orden de que el contingente espartano de realizar una exeligmos o contramarcha, maniobra en la que la primera fila hace un giro y se vuelve hacia atrás y así sucesivamente, y cargase contra los tebanos, lo que hizo con increíble rapidez y sin perder la cohesión de la falange. Cargaron y en ese momento los tebanos se dieron cuenta de que sus aliados habían huido. Formaron con la idea desesperada de romper las filas de Agesilao para unirse en el monte con el resto del ejército.
Batalla de Coronea, 394 AC. El ejercito espartano realizando una contramarcha o exeligmos, maniobra en la que la primera fila hace un giro y se vuelve hacia atrás y así sucesivamente. Se muestran en el acto del exeligmos o contramarcha, con cada enomotia en una etapa diferente de la maniobra, para ilustrar el proceso. Los tebanos se muestran en dirección al tren de bagajes espartano. Se aprecia la maza o clava de Hércules o Heracles en los escudos tebanos. Autor Steve Noon para Osprey
Lo que ocurrió fue uno de los peores baños de sangre de la historia de las batallas de hoplitas. Jenofonte lo describió: “Escudo apretado contra escudo luchaban, mataban y morían a cambio“. Al final unos pocos tebanos lograron llegar hasta el monte pero, en palabras de Jenofonte, “muchos otros murieron en el camino“.
Agesilao fue herido en la batalla y tuvo que ser llevado de vuelta a la falange. Ahí llegó la caballería y le informó de que unos 80 hombres se habían refugiado en un templo cercano. Agesilao ordenó que fueran perdonados y que se les permitiera ir a dónde quisieran.
Según Diodoro, más de 600 beocios y sus aliados cayeron, mientras que en el bando espartano solo cayeron 350 soldados. Tras la batalla, Agesilao II ordenó erigir un monumento a modo de trofeo al día siguiente y realizar un desfile de tropas. Los tebanos enviaron emisarios pidiendo enterrar sus muertos bajo tregua, a lo que los lacedemonios accedieron. Según Plutarco (de origen beocio), los tebanos estaban eufóricos tras la batalla ya que habían logrado pasar de nuevo a través del contingente espartano y huir. Agesilao regresó a Esparta pasando por Delfos y dejó un contingente tras él dirigido por el polemarca Gilis. Este intentó invadir la Lócrida, pero fracasó y fue muerto en batalla.
Expedición de Agesilao II (378 AC)
Antes de la creación del batallón Sagrado bajo Górgidas, los atenienses habían ayudado a los exiliados tebanos retomar el control de Tebas y la ciudadela de Cadmea de Esparta. Esto fue seguido por Atenas al entrar abiertamente en una alianza con Tebas contra Esparta.
En el verano de 378 AC, Agesilao II dirigió una expedición espartana contra Tebas desde la ciudad de Beocia de Tespia, todavía aliada de Esparta. Su fuerza consistía en 1.500 jinetes y 28.000 de infantería. Al menos 20.000 de la infantería eran hoplitas, 500 esquiritas o infantería ligera constituían la vanguardia de infantería. Al enterarse de la inminente invasión, Atenas acudió rápidamente en ayuda de Tebas mediante el envío de una fuerza de unos 200 jinetes y 5.000 infantes (tanto de los ciudadanos y mercenarios, incluyendo hoplitas y peltastas) bajo el mando del estratego ateniense Demeas y comandante mercenario Cabrias.
Las fuerzas espartanas estuvieron durante varios días intentando romper las empalizadas de tierra en el perímetro del territorio tebano, y finalmente rompieron las fortificaciones y entraron en el territorio de Tebas, devastando los campos a su paso. Aunque los atenienses se habían unido a las fuerzas de Tebas, aún estaban siendo superados en número por los espartanos; sus fuerzas combinadas eran sólo a 1.700 jinetes, 12.000 hoplitas, y alrededor de 5.000 psiloi o infantería ligera. Con la caída de las empalizadas, solo les quedaron dos opciones: o bien a retirarse de nuevo a las murallas defendibles de Tebas o bien mantener sus posiciones y enfrentarse a los espartanos en campo abierto. Se optó por la segunda y desplegaron sus fuerzas a lo largo de la cresta de una suave colina baja, frente a las fuerzas espartanas. Górgidas y el batallón Sagrado ocuparon el ala derecha, mientras que Cabrias y una fuerza de hoplitas mercenarios experimentados ocupaban el ala la izquierda.
Agesilao envió primero a los psiloi tiradores para probar el despliegue enemigo. Estos fueron fácilmente rechazados por las fuerzas de Tebas y Atenas, y probablemente por su más numerosa caballería. Agesilao ordenó entonces avanzar a todo el ejército espartano. Esperado que la visión de la superioridad de las fuerzas espartanas sería suficiente para intimidar a las fuerzas tebanas y atenienses y que rompiesen filas. Esta misma táctica había funcionado contra las fuerzas argivas en la batalla de Coronea (394 AC).
Cuando estaban a unos 200 metros, Agesilao estaba esperando que las fuerzas tebanas y atenienses cargaran en cualquier momento. En lugar de ello, Cabrias ordenó a sus hombres que descansaran, al unísono, sus hoplitas mercenarios inmediatamente asumieron la postura de descanso con la lanza apoyada en el suelo apuntando hacia arriba en lugar de hacia el enemigo, y el escudo apoyado en la rodilla izquierda en lugar de estar sujeto en el brazo izquierdo. Górgidas, al ver esto, también ordenó al batallón Sagrado ponerse en descanso.
Al ver la audacia de la maniobra y la disciplina en la ejecución fue tal que Agesilao detuvo el avance. Al ver que sus intentos de provocar a los tebanos y atenienses para que bajasen y luchasen no tuvieron éxito, Agesilao finalmente pensó que era más prudente retirar sus fuerzas de nuevo a Tespia.
Poco después, Agesilao disolvió su ejército en Tespia y volvió a Peloponnesos través de Megara. Dejó al genera Feobidas como su harmosta (gobernador militar) en Tespia.
Los tebanos bajo Górgidas mataron 200 hombres que Agesilao dejó cerca Tespia como una avanzada. También hicieron varios ataques en territorio tespio, aunque estos pequeños consumado. Foebidas, por su parte, comenzó a hacer varias incursiones en territorio tebano utilizando los espartanos bajo su mando y reclutas tespios. Estos generales estuvieron luchando entre si hasta que Foebidas murió a manos de la caballería tebana.
Escaramuza en Tanagra 377 AC: 1 jinete lacedemonio con el casco pilos, 2 soldado eskirita, llevan casco pilos pintados en blanco, 3 hoplita tebano con casco boecio. Autor Richard Hook para Osprey
Poco tiempo después, Agesilao montó una segunda expedición contra Tebas. Después de una serie de escaramuzas que ganaron con cierta dificultad, se vio obligado a retirarse de nuevo cuando el ejército tebano salió con toda sus fuerzas mientras se acercaba a la ciudad. Diodoro observa en este punto que los tebanos se enfrentaron a partir de entonces contra los espartanos con confianza. Górgidas desaparece de la historia entre 377 y 375, durante el cual el mando del batallón Sagrado fue transferido a Pelópidas.
Batalla de Tegira (375 AC)
En 375 AC, Pelópidas, supo que la guarnición espartana de Orcómeno había ido a una expedición a Lócrida, partió con el batallón Sagrado y una pequeña fuerza de caballería, con intención de apoderarse de la ciudad mientras estaba sin vigilancia. Cuando los tebanos llegaron a la ciudad, sin embargo, se enteraron de que una fuerza importante había sido enviada desde Esparta para reforzar la guarnición de Orcómeno, y se acercaba a la ciudad. En consecuencia, Pelópidas se retiró con su fuerza, pero antes de que los tebanos pudieran alcanzar la seguridad en Tegira, se encontraron con la guarnición espartana original que regresaba de Lócrida.
La fuerza tebana era en gran medida superada en número por los espartanos, se estima que los duplicaban. Estaba constituida por el famoso batallón Sagrado era la fuerza principal junto otros dos moras o batallones de hoplitas, infantería ligera y caballería, los espartanos tenían dos philae o regimientos uno de ellos ateniense y sus efectivos serían 2.000 hoplitas más la infantería ligera y caballería. Plutarco señala que un soldado tebano, al ver la fuerza enemiga, le dijo a Pelópidas “Vamos a caer en manos de nuestros enemigos“, a lo cual respondió Pelópidas “Y por qué no ellos en las nuestras“; Pelópidas, a continuación, ordenó a la caballería tebana cargar mientras la infantería adoptaba una densa formación anormal en su costado izquierdo.
Cuando las dos falanges chocaron, el primer encuentro fue muy reñido y fue inconclusivo, en el segundo choque, en el segundo choque murió el jefe espartano y los lacedemonios abrieron sus filas, la compacta formación tebana rompió la línea espartana en un punto de contacto y luego se volvió a atacar los flancos vulnerables de los espartanos a cada lado. El grupo de espartanos se dispersaron y huyeron, aunque la persecución tebana se vio limitada por la proximidad de Orcómeno ya que los espartanos tenía allí establecidas más unidades.
Batalla de Tegira 375 AC, se puede apreciar el distintivo de los tebanos que era la maza de Heracles pintada en el escudo, lleva el típico casco boecio. Johnny Shumate
No se sabe si la creación del orden oblicuo fue previsto o se debió a la casualidad, al tener que desplegar sobre la marcha, pero a partir de este momento, Epaminondas lo empleó en todas las batallas.La victoria tebana en la batalla de Tegira tuvo poca importancia militar inmediata, más allá de la supervivencia de la fuerza de Pelópidas, la fuerza espartana, una vez que se reagrupó en Orcómeno, era demasiado formidable para que Pelópidas aprovechara su ventaja. A pesar de ello, la victoria fue un evento de importancia simbólica para ambas partes. Diodoro Sículo registra que la victoria en Tegira marcó la primera vez que los tebanos habían levantado un trofeo a la victoria sobre una fuerza espartana, pues mientras los tebanos habían derrotado a los espartanos antes, estas victorias habían sido en general pequeñas escaramuzas.
Durante los dos años en que los espartanos no pudieron atacar Beocia, los tebanos aprovecharon para acosar las posiciones de los aliados lacónios en el área, se producen múltiples enfrentamientos a pequeña escala en donde los beocios no solo consiguen casi siempre la victoria si no que los aprovechan para ejercitarse y ganar confianza frente a los temidos hoplitas espartanos.
Otros combates salpican aquí y allá el territorio beocio, en un combate a las afueras de Tespias fue derrotado y muerto el harmoste espartano de la ciudad, también cae el harmoste de Tanagra en otro afortunado enfrentamiento contra los tebanos, se incursionó (al mando de Pelópidas) dentro de la Fócida, hasta el punto de tener estos que solicitar la ayuda de Esparta bajo la amenaza de abandonar la alianza.
Expansión de la Liga de Boecia
Platea fue ocupada en el otoño del 373 AC por Neocles y su población expulsada del Beocia (Neocles engañó a los platenses y asalto la ciudad cuando menos lo esperaban, la ciudad fue demolida, excepto los santuarios, y la población exiliada al Ática, en donde fueron recibidos amistosamente). Orcómenos fue obligada a alinearse con la Liga en el 370 AC, sufrió no obstante la destrucción de sus murallas y de sus derechos políticos. La ciudad ańos mas tarde volvio a padecer las consecuencias de una sangrienta represalia tebana a causa de un intento de conspiración por parte de sus elementos oligárgicos, su población fue muerta o expulsada de su ciudad y de territorio beocio, estas acciones se hicieron aprovechando que Epaminondas se encontraba en campaña en Tesalia.
Al llegar la primavera del 371 AC, Beocia se encontraba prácticamente unificada bajo la hegemonía de Tebas excepto Orcómenos.
Batalla de Leuctra (371 AC)
La disputa estalló cuando una coalición de ciudades-estado de Beocia apeló a Esparta para que les liberase del control político de Tebas. Los espartanos exigieron que los tebanos retirasen su ejército de ocupación, pero éstos se negaron, por lo que el rey espartano Cleómbroto I marchó a la guerra desde Focea.
En lugar de tomar la ruta más fácil hacia Beocia a través de un desfiladero, los espartanos marcharon cruzando los montes, llegando por sorpresa y tomando una fortaleza y doce trirremes tebanas antes de que nadie se diese cuenta de su presencia.
El ejército espartano estaba compuesto de unos 11.000 efectivos: de los cuales había 2.000 hoplitas espartanos, 1.500 focenses, 1.000 arcanianos, 2.000 corintios, 2.000 arcadios y. En total 8.500 hoplitas de los cuales 400 eran espartiatas o élite espartana, además disponían de 1.000 jinetes y 1.100 psiloi o tropas ligeras (300 espartanos, 500 tracios y 300 focenses). Establecieron su campamento en unas alturas cerca de la ciudad de Leuctra y esperaron al ejército boecio.
El ejército de la liga de Boecia liderada por el beotarca Epaminondas, consiguió reunir 8.000 hoplitas de los cuales 6.500 eran tebanos entre los que se encontraba el batallón Sagrado, y 1.500 de Boecia, Sicion y Elaia; 1.500 jinetes y 1.000 psiloi o infantería ligera. Establecieron su campamento en una elevación frente a los espartanos.
Algunos de los comandantes tebanos en un primer momento consideraron prudente retirarse tras los muros de Tebas e invitar a un asedio en lugar de enfrentarse a los temibles espartanos en una batalla abierta. Sin embargo, Epaminondas los convenció de lo contrario.
Ya los había vencido en Tegira y les recordó la violación notoria de dos vírgenes locales por dos espartanos en Leuctra. Las dos víctimas se habían suicidado por la vergüenza, y se había establecido un monumento en su memoria. Epaminondas hizo un homenaje delante de este monumento antes de la batalla e hizo pintar una serpiente en los escudos afirmando que al golpear la cabeza de la serpiente (el ejército espartano), la serpiente moriría.
A pesar de la inferioridad numérica y de la dudosa lealtad de los aliados beocios, aceptaron luchar en el campo de batalla frente a la ciudad.
Batalla de Leuctra 371 AC. Despliegue de fuerzas, a la izquierda el posible despliegue de fuerzas, a la derecha el despliegue alternativo
La primera acción real de la batalla fue cuando los espartanos atacaron a los no combatientes de Tebas (mozos de equipaje, comerciantes etc.) que se retiraban de vuelta a Tebas. Sin embargo, en el ataque, Hieron, el líder espartano murió y los tebanos se vieron obligados a reincorporarse a la fuerza principal.
Despliegue inicial
Cleombroto desplegó su ejército en cuatro divisiones: a la derecha como siempre los espartanos (2.000), a continuación focenses y arcadianos (2.500), a continuación los corintios (2.000), después los arcadios (2.000) situó en las alas repartidos su caballería y su infantería ligera.
Epaminondas fue mucho más innovador y puso su caballería e infantería ligera frente a su propia formación de falange. Desplegó a sus hoplitas también en 4 divisiones, la su izquierda extraordinariamente profunda 48 filas de los hombres (cuadruple de los normal), e hizo su frentes más estrechos que los espartanos. El batallón Sagrado (300) también se posicionó en la banda izquierda, los 1.500 aliados beocios fueron estacionados en el flanco derecho, y las otras divisiones con 8-12 hombres de profundidad.
Batalla de Leuctra 371 AC. Despliegue Inicial y fases de la batalla
Cleómbroto respondió a este sorprendente despliegue reorganizando sus propias líneas, desplazando su caballería e infantería ligera al frente y extendió su línea de hoplitas con el fin de flanquear el ala izquierda de Epaminondas, para ello tuvo que disminuir su profundidad.
La batalla
La batalla comenzó con la caballería tebana cargando contra la espartana, poniéndola en fuga, los jinetes espartanos se vieron obligados a refugiarse tras sus propias líneas, la falange abrió sus filas para permitirles el paso, los tebanos les persiguieron a través de los espacios creados, creando el caos en la formación espartana.
Epaminondas, por su parte, mandó avanzar su flanco izquierdo siendo seguido por las otras divisiones de forma escalonada que es lo que se conoce como el orden oblicuo.
Los hoplitas se encontraron, élite contra élite, y la formación tradicional de 12 líneas de profundidad de Esparta comprobó que no era capaz de aguantar el impacto de la columna de 48 hombres que habían colocado contra ellos. Hubo un breve encuentro en el que los espartanos trataron de mantener la masa gigantesca de tebanos y del batallón Sagrado, hasta que fueron literalmente barridos por la columna. El ala derecha espartana fue derrotada con bajas de unos 1.000 hombres, de los cuales 400 eran espartiatas (tropas de élite de ciudadanos espartanos), y entre los que se encontraba el propio el rey Cleómbroto.
Batalla de Leuctra 371 AC carga del batallon Sagrado. Se puede ver a un oficial superior espartano dirigiéndose a sus tropas, se distingue por su penacho transversal. Autor Johnny Shumate
Batalla de Leuctra 371 AC. Se puede ver un oficial superior espartano arengando a sus tropas, tambien se puede ver la profundidad del despliegue tebano. Autor Giuseppe Rava
Batalla de Leuctra 371 AC. Se distingue un oficial espartano con el escudo a la espalda retirando un herido. Autor Igor Dzis
Batalla de Leuctra 371 AC. Dos imágenes iguales de la retaguardia del ejército espartano, pero con distinta uniformidad, se ve un oficial superior espartano herido transportado por dos compañeros, se distingue su casco con la cimera transversal, los de la izquierda pueden ser espartiatas, los de la derecha periecos. Autor Jhonny Shumate
Batalla de Leuctra 371 AC. Se puede apreciar la serpiente pintada en los escudos tebanos. Autor Mikel Olazabal.
Batalla de Leuctra 371 AC. Izquierda los tebanos derrotando a los espartanos, autor Radu Oltean. Derecha una niña observando el triunfo o “tropaion” erigido tras la batalla, autora Sandra Delgado
Para cuando las divisiones del centro y de la derecha del ejército tebano alcanzaban las posiciones enemigas, el ala derecha de Esparta había sido destrozada.
Viendo su ala derecha derrotada, el resto del ejército peloponesio, se retiraron y dejaron al enemigo el control del campo de batalla. Por otra parte, la llegada de un ejército de Tesalia sirvió para que un segundo ejército espartano comandado por Arquídamo II decidiera no intervenir y retirarse, mientras que los tebanos prefirieron cesar su persecución de los espartanos supervivientes.
Secuelas
La derrota de Esparta condujo a la desintegración de la liga del Peloponeso, ya que muchos de sus aliados llegaron a ser independientes, o cambiaron la lealtad a Tebas, y a la aparición de la Liga Arcadia liderada por Tebas.
Batalla de Leuctra 371. Secuelas de la batalla. Los vencedores siguiendo la tradición, erigieron un triunfo después de la batalla, se ve al fondo dos heraldos con sus báculos.