1001 batallas que cambiaron la historia – Batalla de El Mansurá (1250 d.c.)
La batalla de El Mansurá entre el 8 y 11 de febrero de 1250 durante la Séptima Cruzada entre los sitiadores cruzados que mandaba Luis IX de Francia y los asediados ayubíes encabezados por el emirFakhr-ad-Din Yussuf. El combate acabó con la victoria musulmana.
Marcha a Mansura
El ejército de Luis inició la marcha para Mansura el 20 de noviembre. Para los egipcios, el inicio de la marcha de los cruzados se unió con la muerte de su gobernante, el sultan As-Salih, que sucumbió a su colección de enfermedades el 22 de noviembre, aunque al principio había pocos que lo supieran. Su viuda Shajar al-Durr, en concierto con Fakhr ad-Din, lo mantucieron en secreto, al-Muizz Aybak, uno de los más influyentes bahriyya mameluco, fue enviado inmediatamente para encontrar a Turan-Shah el heredero de As-Salih y llevarlo a casa, mientras que Fakhr ad-Din tomó el control del ejército.
Fakhr al-Din tomó el mando, disponía de una fuerza de 50.000 soldados, mantuvo la mayor parte de sus fuerzas en Mansura, en un lugar protegido por la unión del río Bahr al-Saghir con el Nilo.
Séptima Cruzada movimientos en Egipto
La marcha de Luis hacia el sur, lenta y deliberada, siguió cerca del Nilo, permitiendo al ejército mover su equipaje y suministros en concierto con la fuerza principal Los cruzados sufrieron un hostigamiento casi constante de numerosos escaramuzadores de caballería y árabes irregulares mientras avanzaban hacia el sur, y aunque Luis, tenía la conservación de su fuerza en mente, había ordenado evitar enfrentamientos, hubo ocasiones en que tal restricción resultó demasiado, incluso para los disciplinados templarios.
Septima Cruzada. Mamelucos acosando el avance cruzado en Egipto, bonito duelo entre un hospitalario y un mameluco.
Los egipcios se dieron cuenta de que los cruzados no reaccionaban a sus ataques y cada vez se envalentonaron más vieron, sabían por sus espías que el el rey le había prohibido el enfrentamiento, y en 7 de diciembre en Fariskur atacaron a los templarios que se formaban la vanguardia, que estaba mandada por Renaud de Vichiers, que era entonces mariscal del Temple, que dió la orden de cargar, ninguno de los egipcios escapó, todos perecieron, muchos de ellos se metieron en el río y se ahogaron.
Batalla de Fariskur, 7 de diciembre de 1249, durante la Séptima Cruzada. Los egipcios atacan a la vanguardia formada por templarios son completamente derrotados. Autor Buren Erdene
Luis iba un poco retrasado por los hostigamientos de los sarraceno. Los cruzados llegaron a orillas del río Bahr al-Saghir (Ashmun Tannah) el 21 de diciembre, acamparon en la bifurcación de los rios Nilo y Ashmun Tannah, los egipcios estaban acampados en lo orilla sur.
Batalla de Mansura (1.250)
Los ríos protegían tanto a los cristianos como a los musulmanes. Fakhr al-Din intentó varias veces encontrar la manera de atacar a los franceses, pero cada intento fue frustrado. Por su parte, los cristianos se dedicaron a tratar de construir un dique para salvar el río, era un ejercicio laborioso en ingeniería que requería mucho trabajo así como la instalación de varios ingenios de guerra (posiblemente catapultas) 18 en total, para defenderse de los ingenios egipcios que eran 16. Los musulmanes estaban empeñados en detener la construción, Fakhr al-Din inició un incesante bombardeo, utilizando relevo de hombres tanto de día como de noche, lanzando un aluvión constante de piedras, jabalinas, flechas y virotes de ballesta, le incluso fuego griego; a respuesta cruzada no fue suficiente y tuvieron que suspender la construcción en enero de 1.250, despues de seis semanas de trabajos.
A principios de febrero, los cruzados se dieron un descanso. Un cristiano copto ofreció a mostrarles un vado a través del río. Partieron el 8 de febrero. La vanguardia que constaba de 600 caaballeros, estaba dirigida por el hermano del rey, Roberto de Artois con caballeros templarios y un contingente inglés dirigido por Guillermo de Salisbury. Luis les había dado órdenes estrictas de que nadie debía atacar hasta que él mismo diera la orden.
El cruce fue difícil y llevó mucho tiempo. Una vez cruzado, Roberto decidió atacar de inmediato, por temor a que los egipcios pudiesen descubrirles antes de que los franceses pudiesen cruzar. Los templarios le recordaron las órdenes del rey, pero él tomó la decisión de atacar de todos modos al campamento egipcio
El ataque de Roberto fue un éxito inmediato. Los egipcios estaban simplemente haciendo sus trabajos de mañana, sin saber que los cristianos habían cruzado el río, por lo que los franceses pudieron irrumpir en el campamento casi sin oposición. Los egipcios no estaban en formación y muchos ni siquiera tenían puesto sus armaduras. Muchos huyeron de inmediato hacía Mansura; los que se quedaron y lucharon, incluyendo el comandante egipcio Fakhr al-Din, fueron masacrados.
El campamento egipcio estaba ahora en manos de los cruzados, un gran triunfo, pero Roberto de Artois quería más. Él quería perseguir a los egipcios y para capturar Mansura; si esa ciudad caía, El Cairo no podía aguantar. Con la caída de El Cairo, caía todo Egipto, y el futuro de la Tierra Santa estaba asegurado.
Era un momento crucial, pero las fuerzas de los cruzados estaban dispersas por el campamento egipcio, y en todo caso la superioridad de la caballería cruzada se perdería en las estrechas calles de una ciudad. Tanto el Gran Maestro del Templo, Guillermo de Sonnac, como el comandante del contingente de inglés, el conde de Salisbury, aconsejaron a Roberto que esperase a la fuerza principal de los cruzados del rey Luis. El duque tachó a los demás como cobardes e instó a sus fuerzas francesas seguir hacia adelante. Los templarios y los ingleses siguieron a regañadientes, sabiendo que matarían a Roberto si marchaba solo.
El rey Luis y el grueso del ejército francés todavía estaban cruzando el Bahr as-Saghir, inconscientes de lo que estaba sucediendo.
En Mansura, los mamelucos que huían fueron reagrupados bajo un nuevo líder, Rukn ad-Din Baibars, quién situó a sus hombres en los alrededores de la ciudad y permitió a los cruzados entrar en la ciudad sin oposición. Una vez que todos estaban dentro, Baibars ordenó el contraataque. Incluso la gente de la ciudad tomaron parte, tirando piedras y tirando a los jinetes de sus monturas.
Batalla de Mansura 8 de febrero de 1250
Batalla de Mansura 1250. Mamelucos contra templarios se ve al maestre de los templarios Guillermo de Sonnac que perdió el ojo en la batalla y fue uno de los cinco que consiguió escapar. Autor Johnny Shumate
Cerraron las puertas y los cruzados no pudieron defenderse; muchos, de hecho, se encontraron en callejones tan estrechos que ni siquiera podían girar sus caballos. La desgracia cayó sobre ellos. Doscientos noventa caballeros templarios entraron en Mansura; solo cinco escaparon. Roberto de Artois fue muerto, acosado cuando trataba de refugiarse en una casa. El señor de Coucy y el conde de Brienne también murieron. El Gran Maestro William perdió un ojo, pero se las arregló para escapar. El conde de Salisbury y casi todos los caballeros ingleses murieron. El duque Pedro de Bretaña, gravemente herido, logró llegar hasta el cruce del río y fue él quien le contó al rey la catástrofe.
Luis sabía lo que se le venía encima. Rápidamente formó a su ejército para hacer frente a un ataque, pero sus ballesteros estaban todavía en el otro lado del río. El rey ordenó construir un puente de pontones lo más rápidamente posible para que pudieran cruzar, sabiendo que se necesitarían sus flechas. Mientras tanto, los mamelucos atacaron.
Esa tarde se luchó duro por ambos lados. Más de una vez el ejército egipcio estuvo al borde del éxito, pero la valentía personal en el lado cristiano mantuvo intacto el ejército francés. Hacia el atardecer, el puente fue finalmente completado y los arqueros se apresuraron a cruzarlo. Eso fue suficiente para los egipcios, que se retiraron a la seguridad de las murallas de Mansura.
Luis se enteró de la muerte de su hermano después se hizo la lucha. Lloró por su pérdida, pero no podía esperar la venganza, pues su mismo hermano había sido responsable de la pérdida de demasiados caballeros. El rey ordenó la retirada de vuelta al campamento de los cruzados.
Los egipcios pronto trataron de sacar provecho de su victoria, atacando tres días después de la batalla de Mansura. La lucha duró todo el día, pero al final los cristianos fueron capaces de resistir el ataque y los egipcios se retiraron otra vez. A ello siguió un estancamiento que duró varias semanas, pero siempre en detrimento de los cristianos.
Después de la muerte del sultán, la sultana convocó de inmediato al heredero Turan-Shah a El Cairo, la muerte de Salih Ayyub fue anunciado oficialmente en Egipto. El 28 de febrero llegó a Mansura para dirigir el ejército egipcio y pronto apretó el cerco alrededor de los cristianos mediante la aplicación de un bloqueo del Nilo. En todo el mes de marzo, muy pocos barcos de suministro consiguieron romper el bloqueo; al final del mes, los mamelucos consiguieron apoderarse de toda una flota de treinta y dos naves. El hambre y las enfermedades acechaban el campamento cristiano, y el rey Luis se dio cuenta de que debía retirarse o arriesgarse a perderlo todo.
Luis trató de negociar, ofreciendo a Turan-Shah un intercambio: Damieta por Jerusalén; pero el Sultán no quiso saber nada de ella.
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