1001 batallas que cambiaron la historia – Batalla de Carras (53 a.c.)
La batalla de Carras fue un enfrentamiento militar librado cerca de la ciudad homónima, actualmente en Harrán, Turquía, en el 53 a. C., entre la República romana y el Imperio parto. En ella el spahbod parto Surena derrotó a una fuerza de invasión romana numéricamente superior comandada por Marco Licinio Craso, procónsul de Siria.
Craso, miembro del Primer Triunvirato y el hombre más rico de Roma, se sentía atraído por la perspectiva de gloria militar y riqueza y decidió invadir Partia sin permiso del Senado. Rechazando la oferta de ayuda del rey armenio Artavasdes II para invadir Partia a través de Armenia, Craso marchó directamente por los desiertos de la Mesopotamia. Cerca de Carras se encontró con Surena, donde la caballería ligera parta prevaleció sobre la infantería pesada romana, muriendo o siendo capturados la mayoría de los legionarios. El mismo triunviro fue asesinado durante unas negociaciones que se tornaron violentas.
Su muerte significó el final del Primer Triunvirato. Los otros dos miembros, Cayo Julio César y Cneo Pompeyo el Grande, lograron mantenerse en paz por cuatro años hasta que estalló una guerra civil entre ellos. Craso había resultado el elemento pacificador, aun cuando inicialmente la fuente de mayores tensiones era la rivalidad entre él y Pompeyo y no entre César y Pompeyo.
Antecedentes[editar]
Primeros contactos[editar]
Medio Oriente en el 62 a. C., pueden verse en rojo los territorios romanos y en amarillo sus aliados.
Los arsácidas eran descendientes de los nómadas dahes que lucharon por más de un siglo contra el Imperio seléucida.12 Cuando comenzó la decadencia de aquel imperio con las derrotas de Magnesia (190 a. C.) y de Ecbatana (129 a. C.), se apoderaron del centro del antiguo Imperio aqueménida: las mesetas persas, prados medos y llanuras mesopotámicas.13 Durante el reinado de Mitrídates I pusieron a Armenia bajo su control.12
El «rey de reyes» arsácida sólo exigía tributos, derechos de aduanas y ser árbitro de disputas; a cambio, daba amplia autonomía para los asuntos internos, aunque siempre bajo la vigilancia de los funcionarios reales, y era tolerante con la religión, lengua y cultura de sus vasallos. En resumen: «no poseían tanto el mando sobre sus cien pueblos diversos como el control de sus relaciones».13 Lo importante para los arsácidas era mantener la paz interna, para que las rutas comerciales entre el Mediterráneo y Extremo Oriente siguieran abiertas, y necesitaban ser tolerantes, porque tal economía atraía a gente de muchas culturas a su ya diverso reino.14
Roma llegó pacíficamente a Cercano Oriente mediante la anexión de Pérgamo (133 a. C.), significando la entrada en la región de un actor foráneo y formidable sólo comparable a la conquista macedónica. Lentamente, los monarcas asiáticos empezaron a plantearse cómo encarar su llegada.15 En el 92 a. C. se dio el primer contacto entre la República romana y el Imperio parto, el que fue completamente pacífico. Una delegación enviada por el rey Mitrídates II se reunió a orillas del Éufrates, en Capadocia, con el propretor Lucio Cornelio Sila.16 Ahí se estableció a aquel río como el límite entre ambas potencias.17
Durante la primera guerra mitridática, los arsácidas estuvieron a la expectativa, más preocupados por el poder de Tigranes II de Armenia18 y su suegro Mitrídates VI del Ponto,19 que de los romanos. El armenio se había anexado la Sofene del proparto Artanes y después atacado el territorio parto18 aprovechando el caos producido por la muerte de Mitrídates II.19 Cuando el armenio hizo construir una nueva capital llamada Tigranocerta, en el 80 a. C., los arsácidas entendieron que era un símbolo de su búsqueda de la hegemonía en Cercano Oriente, ya que él proclamaba revivir la gloria del Imperio asirio.20
En ese conflicto, la posición romana en Asia Menor colapso y como los partos perdieron territorios ante Tigranes II, ambos estados perdieron contacto hasta la tercera guerra mitridática.21 En el 73 a. C. Mitrídates VI pidió ayuda a los partos pero estos se negaron,19 por ser suegro de Tigranes II;22 nuevamente lo hizo en 72 o 71 a. C., pero el rey parto Arsaces XVI estaba más ocupado con la rebelión de Sinatruces en el este.23
En el 69 a. C. el procónsul Marco Licinio Lúculo invadió Armenia y derrotó a Tigranes II.21 Fue la primera vez que romanos y partos incidieron seriamente en la política exterior del otro24 y recuperaron el contacto definitivamente,21 porque Mitrídates VI había pedido nuevamente ayuda (lo que le fue negado otra vez)24 y el desesperado Tigranes II ofreció setenta valles armenios, Adiabene y sus conquistas en el norte de Mesopotamia como paga.25 Sin embargo, los arsácidas se limitaron a ofrecerse como mediadores26 y negociaron con Lúculo para que reconociera el límite en el Éufrates.27 El procónsul consideró atacarlos, sabedor que pónticos y armenios no podrían intervenir, pero sus tropas se negaron a marchar sobre Corduene26 porque estaban agotadas y como los arsácidas habían sido neutrales, prefirió cancelar sus planes.28
Pacto entre romanos y partos[editar]
Cuando Cneo Pompeyo Magno reemplazó a Lúculo como comandante en el Oriente, se reabrieron las negociaciones con el rey Fraates III, pero en el 66 a. C. el hijo de Tigranes II y yerno de Fraates, Tigranes el Joven, se sublevó contra su padre29 y convenció a su suegro de invadir Armenia.30
El ejército parto ocupó el país mientras su rey huía a las montañas, llegó hasta Artaxata, ciudad a la que puso sitio; el rey parto se retiró y dejó a cargo al príncipe armenio pero esto fue aprovechado por Tigranes II para atacar y derrotarlo.31 El príncipe debió huir con los romanos32 y se ofreció como guía y aliado para una invasión contra su padre, pero Tigranes II optó por la sumisión a Roma, entonces el príncipe fue enviado a la capital de la República como rehén (sería exhibido en el triunfo de Pompeyo.33 A cambio de la paz, Tigranes II debió renunciar a sus dominios sirios.34
En el 65 a. C., Pompeyo dejó al legado Lucio Afranio a cargo de Armenia mientras marchaba contra los iberos y albanos, estando a tres días de marcha del mar Caspio y preguntando a qué distancia estaba de la India.34 Fue entonces que su legado Aulo Gabinio lanzó una breve campaña de saqueo al norte de Mesopotamia, cruzando el Éufrates y llegando hasta el Tigris.35 En respuesta, Fraates III invadió Corduene36 y exigió la liberación de Tigranes el Joven.37 Pompeyo respondió que no entregaría al príncipe y exigiendo la retirada arsácida.36 Luego envió a Afranio a recuperar Corduene38 y el legado resolvió el conflicto por medios militares (según Plutarco) o diplomáticos (según Dion Casio), haciendo que los partos se retiraran.39 El territorio en disputa fue entregado a Tigranes II junto con Nísibis.40 Finalmente, Fraates aseguró su soberanía sobre toda Mesopotamia excepto el occidente de Osroena, que pasó a ser territorio romano.41 El conflicto no escalo a mayores porque Pompeyo no se sentía preparado para aquel,42 por eso también fue mediador entre los partos y armenios.43 Los arsácidas se sintieron humillados por el trato de Pompeyo y siempre cobijaron rencor contra los romanos.44
Plan egipcio[editar]
La rivalidad entre Craso y Pompeyo comenzó al final de la Tercera Guerra Servil, en el 71 a. C., cuando el primero venció a Espartaco definitivamente en el río Silario, pero el segundo acabó con una tropa de rebeldes sobrevivientes y recibió el mérito de la victoria.45 Pompeyo celebró el segundo triunfo de su vida mientras que Craso debió conformarse con una ovación, una distinción menor.46 Ambos fueron colegas de consulado al año siguiente pero sus malas relaciones hicieron su mandato estéril.47
Posteriormente, cuando Craso fue censor en el 65 a. C., quiso que la República se anexara Egipto porque interpretaba que el testamento de Ptolomeo X decía que su reino debía convertirse en tributario de Roma.48 El censor sugirió que el edil curul, el joven Julio César, debía dirigir la campaña.49 El reino helenístico parecía una presa apetecible,50 un inestable país porque el faraón Ptolomeo XII era un bastardo de su antecesor, Ptolomeo XI, quien murió linchado por su gente, pero a la vez muy rico en grano y quien controlara la anexión se haría con el control del suministro de alimentos;51 además, esto le ganaría el favor permanente de los équites y, a la larga, le permitiría comprar numerosos apoyos en el Senado. Sin embargo, la oposición de Cicerón descrita en el discurso Oratio de Rege Alexandrino, «Discurso sobre el rey de Alejandría», del que sobreviven algunos fragmentos, pudo convencer a los senadores de detenerlo acusándolo de solo querer saciar su avaricia y ambición.52 Craso desistió por la oposición de su colega censor, Quinto Lutacio Cátulo, y como ambos bloqueaban continuamente las iniciativas del otro resolvieron renunciar.48
Algunos rumores decían que en realidad deseaba una base militar desde donde enfrentar a Pompeyo,51 quien estaba de campaña en Oriente, pero historiadores modernos indican que hubiera acabado en la inevitable derrota de Craso y más importante era enfrentar a los optimates que dominaban el Senado, oponiéndose a las ambiciones personales de Craso y Pompeyo.53 Por entonces la posición de Craso era débil, acababan de fracasar sus intentos de extender redes clientelares en Hispania, Galia Cisalpina o Egipto y Pompeyo estaba por volver victorioso.51
En el 61 a. C. Pompeyo volvió y celebró su tercer triunfo54 pero muchos de sus planes políticos fueron bloqueados por acción de Craso, Marco Tulio Cicerón, Marco Porcio Catón y los hermanos Quinto Cecilio Metelo Céler y Quinto Cecilio Metelo Nepote.55 Fue así que recurrió a César por ayuda,56 quien recibió de Craso 830 denarios para pagar a sus acreedores57 y ser electo pretor de la Hispania Ulterior, quedando en deuda con él.58 Durante su mandato provincial demostró por primera vez sus dotes de reformador y genialidad militar.59
César volvió victorioso a Roma en el 60 a. C. encontrándose con Pompeyo a punto de ser empujado a la irrelevancia política por Craso, quien a su vez, no deseaba aliarse ni quedar a merced de los optimates del Senado. El pretor se dio cuenta, y entendiendo que si ayuda a su amigo Pompeyo se enemistaría con Craso pero si le seguía fiel al segundo ganaría la animadversión del primero, resolvió pagar su deuda a Craso y reconciliarlo con Pompeyo.60 Gracias al apoyo de ambos ganó el consulado un año después e impulso leyes que beneficiaron a sus aliados.61 La alianza entre los tres permitió apartar del poder a los optimates liderados por Catón, atrayendo a muchos elementos conservadores (Pompeyo) o populares (César)62 y donde Craso actuaba de eje estabilizador y sacaba provecho de la situación.63
Por último, el plan de anexar Egipto volvió tras el retorno de Pompeyo. En Oriente sólo quedaba anexar Egipto y conquistar Persia, dos ideas que atraían mucho al joven César,64 que supo apartar de las ambiciones de los otros triunviros al reino del Nilo, César uso su influencia (con el apoyo de sus dos socios y la mediación de Cicerón) para que el Senado llamara de vuelta a Gabinio, en el 55 a. C., el mandato proconsular de Craso le permitía actuar en Siria y sus confines, algo que exprimiendo la terminología, podía incluir Egipto.65 Sin embargo, sus ojos viraron a Persia por consejo de César.50 Por su parte, Alejandría acabó bajo la influencia de Pompeyo cuando movió sus contactos para entronizar al pequeño Ptolomeo XIII en el 51 a. C.66
Primer Triunvirato[editar]
La guerra con Partia fue resultado de los acuerdos que buscaban ser mutuamente beneficiosos para el triunvirato formado por Craso, Pompeyo y César. En marzo y abril del 56 a. C. se celebraron en Rávena y Lucca, en la provincia cesariana de la Galia Cisalpina, reuniones para reafirmar la alianza lograda cuatro años antes.67 Se acordó que reunirían sus partidarios y recursos para lograr la prolongación de la comandancia de César en las Galias y la elección conjunta de Pompeyo y Craso6869 en el consulado.n 1 Los medios para esto fueron los tradicionales: mandos militares, ocupar puestos políticos con sus aliados y promover leyes que los beneficiaran.70 Durante las elecciones usaron el soborno, el clientelismo69 y la presión de un millar de soldados traídos por Publio Licinio Craso desde la Galia.68
Muchos patricios apoyaron la elección porque consideraban que garantizaba la paz en la República. El resto de la nobleza, en un espíritu de «Fronda», no deseaba verse dominados por este trío y encontró su líder en Catón, un hombre dispuesto a oponerse mediante todos los medios que la ley permitía. Sin embargo, fracasaron durante el consulado de Craso y Pompeyo.71 En cambio, los esfuerzos de los triunviros tuvieron éxito, y la legislación aprobada por Gayo Trebonio en el 55 a. C. (Trebonia Lex) otorgó gobiernos proconsulares de cinco años para César en la Galia y los dos cónsules salientes, Hispania y África para Pompeyo y Siria para Craso,7273 con la evidente intención de ir a la guerra contra los partos.7475
Los «tres dinastas» conseguían gobiernos provinciales que acabarían al unísono,76 ejércitos equivalentes (7 a 10 legiones cada uno) y el derecho a hacer la paz o la guerra en nombre de Roma; un equilibrio que garantizaba la paz.77 Pero esa igualdad era sólo aparente, en realidad este reparto favorecía a César: Craso podía lanzarse a una exitosa campaña de conquista, pero aún si vencía, debía permanecer por años lejos de Roma y luego guarnecer las tierras al este del Éufrates con su ejército; Pompeyo quedaba con un ejército tan grande como el de César, pero sin posibilidades de una gran campaña pues la mayor parte de Hispania ya estaba sometida78 (ya estaba planeando una campaña contra los vacceos, pero no pasaría de un conflicto menor).77 Además, con Pompeyo en Cartago Nova y Craso en Antioquia, la política de Roma e Italia quedaba bajo el control de César, quien tenía a su ejército más cerca.78 Sin embargo, Pompeyo permaneció en Roma y envió delegados a sus provincias.69 En cambio, César y Craso quedaron contra reloj para lograr gloria y botín antes de que sus mandatos proconsulares acabaran.77
Casus belli[editar]
El rey Fraates III fue asesinado en el 58 a. C. ó 57 a. C. por sus hijos Mitrídates IV y Orodes II, asumiendo el trono el primero por ser mayor. De inmediato, Orodes se rebeló contra su hermano con ayuda de la nobleza, lo expulsó de la Media y le obligó a refugiarse en la Siria romana.79 Ahí ofreció al gobernador Gabinio una oportunidad de acrecentar su gloria y riqueza, quien según órdenes del Senado, tenía autoridad sobre sirios, árabes, persas y babilonios.80 Poco antes de la guerra fratricida, en el 56 a. C., Tigranes II fue sucedido por su hijo Artavasdes II, pero de inmediato sufrió la invasión de Mitrídates IV. Esto llevó a los romanos a prepararse para intervenir para ayudar a su aliado armenio, pero el conflicto entre ambos reinos pasó a un segundo plano para los arsácidas tras iniciarse la guerra entre hermanos.81
Con Mitrídates IV pidiéndole ayuda, el procónsul Gabinio en Siria marchó hasta el Éufrates pero debió retirarse para ayudar a Ptolomeo XII en contra de una revuelta en Egipto.8283 El procónsul optó por la propuesta más fácil y lucrativa: ayudar a Ptolomeo.81 El faraón le premiaría con los 10.000 talentos que le prometió.84 A pesar de eso, el arsácida siguió con el procónsul hasta que venció a los nabateos y entendió que se dirigiría primero a Egipto, en la primavera del 55 a. C.,80 fue entonces que lo dejó, cruzó el Éufrates,85 logró formar un ejército de partisanos86 reconquistar Babilonia y Seleucia del Tigris85 y ganar el apoyo de sus habitantes.86
El rico Craso era un hombre de sesenta años87 y con impedimentos auditivos cuando se embarcó en su campaña militar.88 Plutarco dice que la avaricia y falta de popularidad fueron los motivos de la guerra,89 y Floro que el triunviro quería el tesoro del rey arsácida,90 pero el historiador Erich Gruen afirma que era para enriquecer el erario público, ya que su riqueza personal era más que suficiente.91 Otros historiadores modernos sostienen que fue la rivalidad con sus aliados. Craso no tenía gran popularidad como comandante militar, su carrera fue eclipsada por Pompeyo y por las recientes y exitosas campañas de César.81 Sin embargo, Craso había derrotado a Espartaco en el río Silario (73 a. C.) y fue el factor clave en la victoria contra los populares en la Puerta Colina (82 a. C.).92 Aunque recuerda Plutarco que César, quien estaba en la Galia, apoyó los planes de Craso.74
Otro factor de llevar a cabo la guerra era que se esperaba que fuera una campaña militar relativamente fácil; anteriormente las legiones romanas habían aplastado las fuerzas de los reinos de Ponto y Armenia.93 Sin embargo, estos pueblos luchaban al modo helenístico con falanges de infantería pesada apoyada por auxiliares ligeros y caballería, muy distintos a los arsácidas.94 A la vez, preveía que Orodes fuera fácil de derrocar, pues llevaba poco tiempo en el trono.95 El triunviro soñaba con superar a Lúculo o Pompeyo y seguir los pasos de Alejandro Magno, llegar hasta Bactria, India y ver el océano Índico.96
Reparto del mundo romano según los acuerdos de Lucca.
Marco Tulio Cicerón aporta, sin embargo, otra razón: las ambiciones del joven y talentoso Publio Craso, quien ya había luchado en la guerra de las Galias. Esperaba ser premiado a su regreso con condecoraciones y rangos para iniciar su propia carrera política. Para el historiador romano, la batalla no solo fue un desastre militar para Roma o un final desafortunado para Marco Licinio, sino un final demasiado prematuro para el prometedor Publio.9798
Algunos romanos se opusieron a la guerra contra Partia,74 Cicerón la llamaba una guerra nulla causa, «sin justificación», porque Partia ya tenía un tratado de paz con Roma.99 El tribuno de la plebe Cayo Ateyo Capitón se opuso enérgicamente100 y llevó una execración pública cuando Craso salía de la ciudad.101 Pero éste no tenía la popularidad como para detener a un hombre tan poderoso y simplemente lo apartaron del camino, sin embargo, sus maldiciones no hicieron oídos sordos en los supersticiosos romanos.81 Sin embargo, la oposición probablemente se debía a rivalidades políticas más que a razones morales o jurídicas y durante la época tardorrepublicana la mayoría de las guerras empezaron por la ambición personal de los comandantes, que buscaban cualquier justificación para iniciarlas.94
En este punto, las fuentes antiguas son poco fiables pues es casi imposible que aún Craso se atreviera a irse a la guerra sin permiso del Senado. Los historiadores clásicos prefieren caricaturizar al triunviro y responsabilizarlo por completo del desastre, incluso convierten el episodio en una fábula moral para tratar el tema de la avaricia.102 Igual de sospechosa es la contraposición de los historiadores clásicos, al retratar a Craso como un anciano lleno de defectos y a Surena como un joven virtuoso.103
A pesar de los malos presagios, Marco Craso salió de Roma para Brindisi104 el 14 de noviembre del 55 a. C.105 Durante el viaje naval una serie de tormentas hundieron algunos barcos pero el procónsul igualmente llegó a Galacia, donde se encontró con el tetrarca Deyótaro. El gálata tenía una avanzada edad pero estaba fundando una ciudad, lo que asombró al triunviro,104 sin embargo, el jefe oriental respondió que el triunviro también iba a la guerra a una avanzada edad.87
En el 54 a. C., el general parto Surena tomó por asalto Seleucia y persiguió a Mitrídates IV hasta Babilonia. Finalmente, la ciudad fue rendida tras un largo asedio por hambre y el pretendiente ejecutado85106 en presencia de su hermano,107 acusado de traición por haber pedido ayuda a los romanos. Su muerte significó el reconocimiento unísono de Orodes II como rey.86 Fue el fin de un período de inestabilidad y guerras civiles que vivía Partia desde la muerte de Mitrídates II.108
Gabinio seguía pensando en marchar sobre Partia, pero entonces llegó su reemplazo, el rico Craso, y fue llamado a Roma por acusaciones de concusión.81109 Antes de su arribo, el procónsul había enviado órdenes a Gabinio, quien se negó a obedecerlas porque aún no había empezado su período a cargo de Siria.110 Cuando el triunviro salió de Roma Mitrídates IV seguía vivo y habían llegado noticias de sus éxitos iniciales,85 así que su expedición no carecía de justificación: apoyar al pretendiente arsácida considerado más favorable para la República.111
Campaña[editar]
Busto de Craso exhibido en el Museo del Louvre.
Craso llegó a Siria en abril o mayo112 del 54 a. C.81 y usó de inmediato sus riquezas para levantar un gran ejército. La campaña comenzó bien, al año siguiente, cruzó el Éufrates y se apoderó de varias ciudades del norte de Mesopotamia,87 «la tierra de los dos ríos»,113 y como muchas eran griegas lo vieron como un libertador aunque en realidad era una campaña de exploración del terreno,81114 sólo Zenodotia se resistió, así que fue tomada por la fuerza y su población esclavizada.115 Tras esto las legiones le proclamaron Imperator, lo que sólo aumento la confianza de Craso.116
El sátrapa de la zona, Silaces, había sido tomado desprevenido y fue fácilmente vencido en una pequeña batalla cerca del fuerte de Ichnae, tras esto decidió partir a informarle a su rey.117 Craso decidió instalar dos cohortes de cada legión,118 unos 7000 infantes y 1000 jinetes para guarnecer sus nuevas conquistas y se retiró a Siria a pasar el invierno y esperar a su hijo, Publio, que venía de la Galia con un millar de jinetes escogidos.119 Desde la Antigüedad aquella maniobra se consideró un error porque dio tiempo a los partos para preparar su defensa;120 según Plutarco, debió seguir el Éufrates hasta llegar a Babilonia y Seleucia del Tigris, ciudades siempre hostiles a los arsácidas.119 Desconocía y subestimaba el poderío de los arsácidas. Quizás, de haber pasado el invierno allí, hubiera conquistado el territorio al oeste del Tigris sin mucha resistencia.81121 Además, sus tropas eran aún inexpertas y le faltaban refuerzos de caballería.94
Según algunos historiadores, Mitrídates IV murió pocas semanas antes del comienzo de las operaciones del triunviro en el norte de Mesopotamia,85 aunque otros dicen que fue mientras Gabino aún era procónsul de Siria.81 Si la primera opción es la correcta, tal vez si hubiera resistido más tiempo en Babilonia habría bastado con que Craso simplemente exhibiera su poderío, siendo una posible razón de porqué no siguió su campaña ese año.103 Es probable que Orodes II esperada un ataque más decidido hacia su capital, donde tenía el grueso de su ejército, pero en lugar de salir a detener al triunviro, bien hubiera podido aprovechar su movilidad para cortar las líneas de comunicaciones romanas.122
En aquel invierno el procónsul no reexaminó el número de tropas que podía necesitar, ni entrenó a sus legiones y la disciplina se relajo,123 téngase en cuenta que la mayoría de los legionarios eran itálicos reclutados apresuradamente entre los rechazados por las levas de César y Pompeyo.124 Por último, saqueo el templo de Derceto en Hierópolis Bambice, ganándose el odio de los sirios,123125 y tomó 10 000 talentos126 del templo de Jerusalén.127
Durante aquella estación, después de la llegada de Publio,128 estando el procónsul y su ejército acampados en Nicefora,129 arribaron enviados del rey Orodes diciendo que si la guerra era por voluntad del pueblo romano, su respuesta no tendría piedad, pero si era definición únicamente de Craso (como ya se habían enterado los partos), tendrían piedad de él por su vejez.130 También recordaron los tratados antes firmados por Sila y Pompeyo.129 El triunviro respondió que les daría su respuesta en Seleucia, por lo que el jefe de la comitiva parta, Vagises, le respondió riendo y señalando la palma de su mano: «Oh Craso, el pelo crecerá allí antes que tú veas Seleucia».131132 La mencionada ciudad era una estratégica y rica intersección para las caravanas que venía e iban de Siria, Armenia, Asia Central, India y China.14
Debe mencionarse que en la capital de la República continuaron los portentos: estatuas que sudaban o eran alcanzadas por rayos y avistamiento de búhos o lobos.133 Se temía que algo malo sucediera en la Galia o Partia.134
Las fuerzas del rey, mandadas por el general Surena,135 ya hostigaban a las plazas mesopotámicas ocupadas antes del invierno y las huestes del soberano persa parecían formidables a los observadores.136 Finalmente, quedaron atrapados en las ciudades y muchas unidades se perdieron.131 Los sobrevivientes volvieron señalando el tamaño de las fuerzas partas y lo temibles que eran sus arqueros a caballo y catafractas.137 Estas noticias desanimaron a los legionarios y muchos oficiales, incluyendo el cuestor Cayo Casio Longino, empezaron a reconsiderar la empresa.138 Incluso los videntes auguraban un desastre pero el procónsul no hizo caso.139
Fue entonces que Artavasdes II se presentó ante el triunviro con una guardia de 6000 jinetes para prometerle otros 10 000 catafractas y 30 000 infantes140 si Craso invadía Partia desde Armenia, asegurándole suministrarle también provisiones y que el terreno montañoso de su reino anularía a la temible caballería parta.141 La idea del rey debía ser atacar en dirección sur hacia las planicies centrales partas y tomar Ecbatana, quizás capturarían a Orodes y su familia, finalizando el conflicto. Probablemente estallaría una nueva guerra civil entre aspirantes al trono que beneficiaría a Craso y Artavasdes.81 El procónsul rechazó el ofrecimiento, diciendo que volvería a Mesopotamia para ayudar a las guarniciones que había dejado.141 Es más probable que no deseara compartir la gloria ni el botín con su aliado.81
Después de Artavasdes volvió a su país, el triunviro cruzaba el Éufrates por Zeugma, siguiendo la ruta de Alejandro Magno.142 En aquel momento se dio una tormenta con rayos y fuertes vientos que casi hundió su balsa.143 Después, el lugar donde había mandado construir su tienda fue alcanzado por dos rayos, haciendo que uno de sus caballos, ricamente ataviado, huyera al río arrastrando a un mozo y ambos se ahogaron. Luego, el águila de la legión de vanguardia se dio vuelta por el vendaval y todas las tropas que pasaban sobre el puente lo vieron.144 Para empeorar todo, los supersticiosos legionarios recibieron como primera ración lentejas y sal, las que se daban como ofrendas a los muertos en sus funerales. Luego se escuchó decir al triunviro que derribaría al puente para impedir una retirada, pensando en retirarse por Armenia, esto puso aún más nerviosos a los soldados.145 Casio Dion menciona que también hubo una densa niebla y que el vendaval derribo el puente con legionarios incluidos.146 Eso habría llevado al triunviro a dar un discurso de ánimo147 anunciando el plan de retirada por Armenia,148 pero sus palabras solo les causaron temor.149 Por último, durante el ritual de purificación del ejército, cuando el vidente puso las vísceras del animal sacrificado en sus manos, el procónsul las dejó caer al suelo. Craso intento calmar a los observantes diciendo: «Tal es la vejez, pero ningún arma, pueden estar seguros, caerá de mis manos».150
Fuerzas enfrentadas[editar]
Romanos[editar]
Siria era una provincia inestable por las revueltas judías (único pueblo de la zona al que Pompeyo sometió por las armas, de ahí que pagaban impuestos más gravosos que sus vecinos) o las incursiones árabes. Por eso, el Senado había decidido que sus gobernadores serían procónsules, es decir, tendrían la autoridad para declarar la guerra y reclutar tropas de forma autónoma pero en nombre de Roma.81
Según Plutarco, el ejército de Craso se componía de siete legiones,4 aunque Floro dice que eran once.5 Estas estaban incompletas por las guarniciones dejadas en Mesopotamia el año anterior.151 Así, los historiadores han dado diversas estimaciones sobre el número de legionarios romanos presentes en la batalla: 28 000 según el francés Jérôme Carcopino7 y los británicos Adrian Bivar152 y William Tarn;153 34 000 según los estadounidenses Christopher S. Mackay y Neilson C. Debevoise154 y el británico Percy Sykes155 y 35 000 según el británico George Rawlinson.156
Se les sumaban 4000 jinetes y un número similar de auxiliares de infantería,4 principalmente arqueros sirios.151 Esta hueste incluía el millar de jinetes celtas especialmente escogidos por Publio en la Galia.119 Probablemente fueran eduos.81 Durante la marcha probablemente se les sumaron mercenarios y auxiliares, así que debieron alcanzar los 40 000 a 50 000 efectivos según estimaciones modernas,6 muy por debajo de los 100 000 que menciona Apiano.75
Aunque oficialmente tal tropa era para mantener tranquila una provincia tan inestable, todo mundo siempre supo que era para la expedición como para tener un poderoso respaldo con que defender sus intereses.81
Partos[editar]
Estatua de bronce que se atribuye representa al general Surena. Presente en el actual Museo Nacional de Irán.
Los arsácidas estaban dirigidos por experimentado general Surena, quien traía 1000 camellos con toda la impedimenta y 200 carros para transportar a sus concubinas, guarneciéndolas con 1000 catafractas y un mayor número de arqueros a caballo. En total, más de 10 000 hombres entre jinetes, siervos y esclavos.157 La tropa se componía exclusivamente de caballería, la infantería estaría con la fuerza principal de Orodes.151
El imperio de los partos carecía de un Estado centralizado, era más bien una aglomeración de entidades políticas con diferentes estatus, similar al feudalismo. Existían varios reyes menores vasallos de los arsácidas y también grandes provincias, conocidas como satrapías, cuyos gobernadores eran miembros de las principales familias partas, estos eran los generales en tiempos de guerra y sólo debían lealtad al «rey de reyes», inicialmente nombrados por los reyes, la costumbre de entregar los mismos territorios a las mismas familias llevó a que varias satrapías se convirtieran en feudos. Además, existían territorios especiales, las ciudades griegas gobernadas por filarcas según sus propias leyes y que dependían directamente del rey. Los ejércitos eran reclutados por cada rey menor o satrapías y entre sus miembros eran vasallos directamente de aquellos. La mayoría eran siervos sin posibilidad alguna de ascender de rango.158 Los únicos con obligaciones directas con el rey arsácida eran los partos étnicos, que debían hacer un servicio militar para él.13
Batalla[editar]
Cruce del río[editar]
Craso siguió el ejemplo de Alejandro Magno (ver mapa) de atravesar Mesopotamia por el norte.
El ejército romano empezó a avanzar a lo largo del Éufrates y sus exploradores informaron que no encontraban enemigos en las cercanías, pero si miles de huellas equinas indicando que habían huido del lugar.4 Durante su marcha por Mesopotamia siguió exigiendo tesoros y soldados a todos los pueblos que le apoyaban.159 Entonces se celebró una conferencia donde Casio aconsejó al procónsul dirigirse a una de sus guarniciones, recuperar fuerzas e informarse de la situación, o marchar directamente a Seleucia siguiendo el río, recibiendo constantes provisiones a través de la ruta fluvial y evitando ser rodeados por los partos.160 Además, podrían atravesar el desierto por su zona más estrecha, la «angostura de Mesopotamia», donde el Éufrates y el Tigris están más cerca.7
Craso estaba considerando aquello cuando vino Ariamnes, jefe árabe161 de Mardanos (posiblemente Edesa),151 o Abgar II, rey de Osroena,162 o Mazaras, un sirio,163 que había servido con Pompeyo y se consideraba amigo de Roma.162164165 Éste era, en realidad, un agente de los arsácidas,161 cuya misión era convencer a Craso de que se alejara del río y marchara a la planicie donde podrían rodearlo.163164166 Supo ganarse su confianza y así pudo informar de todos los planes del triunviro a los arsácidas.167
El árabe, tras elogiar al triunviro y recordarle su antigua lealtad a Pompeyo, le animó a no perder tiempo y se adentrara en el territorio, prometiéndole que con su ejército podría volver victorioso a Roma a través de Escitia e Hircania.168 También le dijo que el rey Orodes no estaba cerca, sólo los contingentes de sus generales Surena y Silaces,169 no debía desaprovechar tal oportunidad brindada por la debilidad y desorganización enemiga.165 Era verdad, Orodes estaba en Armenia en una campaña de castigo contra Artavasdes pero había dejado un ejército menor a las órdenes de Surena con órdenes de distraer a Craso; mientras él devastaba el reino del traidor, analizaba las fuerzas romanas170 e impedía a los armenios ayudar al procónsul.171 Finalmente, pudo convencer a Craso cambiar el plan original de seguir el Éufrates hasta Seleucia, reclutar griegos y seguir a Ctesifonte.172
Así le animó a marchar contra el pequeño ejército de Surena.173 Sin embargo, se debe tener en cuenta que las fuentes son romanas y por tanto pueden intentar hacer caer la culpa del desastre en un supuesto traidor. Es más probable que el triunviro sólo siguiera el pensamiento tradicional romano: amenazar una ciudad importante del enemigo, forzarlo a luchar lo antes posible y aplastarlo en una batalla decisiva. Es posible que Craso considerara que perseguía a un enemigo menos numeroso y buscara atacarlo por sorpresa.94
Las otras dos rutas también tenían sus contras. Seguir el Éufrates exigía debilitar a su ejército dejando guarniciones por un camino mucho más largo (cuando Trajano conquistó Mesopotamia siglo y medio después estableció una ruta de provisiones con una flotilla fluvial, pero nadie habría imaginado algo así en esa poca). Tampoco era mejor la opción armenia, era fácil sospechar que Artavasdes exageraba el poderío de su ejército y que buscaba que los romanos lucharan por él contra la invasión arsácida, o podía intentar traicionarlo (como le sucedió a Marco Antonio años después). Además, habría tenido que enfrentar al ejército principal del enemigo mandado por el mismo Orodes, pero irónicamente, esta hueste si incluía muchas tropas de infantería y quizás, de haberla enfrentado, Craso habría librado una batalla contra un enemigo que luchaba de maneras más similares a los pónticos y armenios. Desde la perspectiva del procónsul era mejor consolidar las conquistas del año anterior, vencer a una fuerza parta menor rápidamente94 y unirse a las guarniciones que había dejado en la zona el año anterior.174
Guiados por el árabe, los romanos entraron en las llanuras por un camino inicialmente sencillo pero que después se volvió difícil por la arena y carente de árboles y agua, agotando a los sedientos soldados.175 Estaban cruzando las dunas del desierto cuando llegaron los emisarios de Artavasdes avisando del ataque de Orodes, no podría ayudarlo176 y aconsejando que se dirigieran a las montañas, donde habría lugar para acampar y anularía la ventaja de la caballería. Craso se enojo y después castigaría al rey armenio por su traición.177 El procónsul y su cuestor ya no se hablaban, pero en privado Casio encaró a Ariamnes por llevarlos a aquel lugar.178 El árabe simplemente se mostraba servicial, alentando y aconsejando a los romanos.179 Poco después, este guía pidió permiso para buscar ayuda y Craso le permitió alejarse.180 El mismo día, Craso salió de su tienda con una túnica negra, no la púrpura propia de un general, se la cambio de inmediato cuando se dio cuenta del error.181
Encuentro con los partos[editar]
Primera fase de la batalla. Encuentro de ambos ejércitos y carga de los catafractas.
Poco después envió exploradores a caballo. Los pocos que volvieron anunciaron que apenas lograron escapar del enemigo, que venía en gran número a su encuentro.182 Craso estaba asustado pero acepto el plan de Casio para formar una línea lo más larga posible, dificultando al enemigo flanquearlos con su caballería. A su vez, dividiría a sus propios jinetes en ambas alas. Sin embargo, cambio de idea y ordenó formar un cuadrado hueco con doce cohortes por lado.183 Cada cohorte tendría un escuadrón de caballería de apoyo. Puso en una de las alas a Casio, en la otra a Publio y él se puso en el centro.184 Esta medida era común cuando un ejército romano se enfrentaba a fuerzas muy superiores numéricamente.94
Así avanzaron hasta el arroyo Baliso (actual río Balij), donde los hombres apenas pudieron saciar la sed.184 La mayoría de los oficiales querían acampar ahí el resto del día, pero Publio y la impaciente caballería convencieron al triunviro de seguir avanzando. Craso ordenó a los hombres comer y beber sin deshacer las filas.185
No habían acabado de reponerse cuando el procónsul mando seguir la marcha rápido y sin descansar. Cuando se encontraron a los partos, vieron que su ejército era mucho menor de lo informado pero en verdad Surena ocultaba detrás de su guardia al grueso de la fuerza. Ocultaban sus armaduras con túnicas y pieles. Entonces el general arsácida dio señal y las tropas empezaron a producir un rugido aterrador186 gracias a sus tambores.187 Luego dejaron sus prendas y mostraron sus brillantes armaduras y yelmos.188
Lo primero que hizo Surena fue mandar a sus catafractas cargar sobre el cuadrado romano. Esto no funcionó y decidió rodear al enemigo.189 Craso mando a sus auxiliares cargar pero no avanzaron mucho, pues una lluvia de flechas los hizo retroceder, causando cierto pánico pues los proyectiles traspasaban las armaduras.190 Después de intervalos, todos los arsácidas disparaban sus flechas a la vez y la densa formación romana les impedía fallar.191 Los legionarios no podían seguir tan pasivos pero cada vez que cargaban los enemigos huían efectuando el famoso disparo parto.192
Muerte de Publio[editar]
El procónsul esperaba que las flechas enemigas se agotaran o decidieran cargar nuevamente, dando un combate cuerpo a cuerpo, pero le informaron que los partos disponían de camellos cargados de más flechas,193 algo no previsto por los romanos.8 Ante esto ordenó a Publio romper el anillo del enemigo, pues era su ala la más afectada.193 El joven romano tomó 300 jinetes ligeros, 1000 celtas montados, 500 arqueros y ocho cohortes para cargar al unísono,194 unos 4000 legionarios.195 Entonces los arsácidas retrocedieron194 y Publio salió en su persecución con la caballería y de cerca les seguía la infantería. Pronto entendieron que era un ardid, pues los partos dejaron de huir y les encararon mientras aparecían otros por todas partes.196
Los romanos se detuvieron y los arsácidas empezaron a cabalgar para levantar un montón de arena, impidiéndoles ver pero también oír bien.197 Hicieron esto para dificultar al enemigo la organización de su infantería y a sus arqueros sirios responder apuntando a blancos fáciles, desperdiciando sus flechas.151 Quedaron tan amontonados que las flechas los fueron alcanzando uno por uno sin poder fallar, dándoles una muerte agónica.198 Publio instó a los sobrevivientes, principalmente caballería, cargar contra los jinetes que tenía enfrente.199 A la cabeza de sus hombres chocó con el enemigo pero iban ligeramente armados en comparación a los catafractas.200 Algunos galos se bajaron de sus caballos y arrastrándose debajo de los del enemigo apuñalaron en el vientre a los arsácidas.201 Finalmente, Publio fue herido y los celtas, agotados por la sed y el calor, con la mayoría de sus caballos muertos por las lanzas, se retiraron con la infantería que formaba un muro de escudos.202 El problema es que estaban en una ladera, así que aquellos que estaban detrás de los escudos estaban más arriba y por tanto expuestos a las flechas.203
Dos griegos ofrecieron a Publio intentar escabullirse hacia Inchea, pero éste se negó a abandonar a los que morían por sus órdenes. Les deseo suerte y los despidió. Herido en una mano le ordenó a un soldado que lo apuñalara.204 El resto de los nobles oficiales siguió su ejemplo, mientras que los soldados resistieron hasta que los partos asaltaron su posición. Menos de 500 fueron tomados prisioneros y la cabeza de Publio fue cortada.205
Retirada[editar]
La mayoría de los arsácidas habían ido detrás de Publio, así que la situación de Craso mejoró bastante. Hizo que sus soldados se ubicaran en un terreno inclinado mientras esperaban las noticias de su hijo.206 Entonces empezaron a llegar los mensajeros de Publio, los primeros habían muerto pero al final los supervivientes lograron escabullirse e informar al triunviro que su hijo le pedía ayuda urgentemente.207 Temía que de ir todo su ejército quedara en un riesgo mayor de aniquilación, pero su amor de padre pudo más y ordenó al cuadrado marchar, sin embargo, cuando comenzaba el avance empezaron a oír gritos y rugidos de tambores. La batalla volvía a empezar.208
Los partos cabalgaron con la cabeza de Publio clavada en una pica lo suficientemente cerca de los romanos para que el procónsul lo identificara, preguntando burlonamente por su padre. Esto desmoralizo completamente a las legiones209 pero Craso supo controlarse y les dijo:Este luto ¡oh Romanos!, es privadamente mío; pero la eminente fortuna y gloria de Roma, intacta e ilesa, permanece en vosotros, a quienes veo salvos. Si alguna compasión tenéis de mí por la pérdida de mi valeroso hijo, manifestadla en vuestro enojo contra los enemigos. Arrebatadles de las manos ese gozo; vengáos de su crueldad. No os abata lo sucedido: porque no puede ser que dejen de tener que sufrir y padecer los que acometen grandes presas. Ni Lúculo derrotó sin sangre a Tigranes, ni Escipión a Antíoco. Nuestros antepasados perdieron en Sicilia mil naves y en la Italia muchos emperadores y pretores; pero no impidieron las derrotas de éstos que al cabo triunfasen de los vencedores: pues que la brillante prosperidad de Roma no ha llegado a tanta altura por su buena suerte, sino por la constancia y virtud de los que no rehusaron los peligros.210
El procónsul se dio cuenta del poco entusiasmo con que lo escuchaban y cuando ordeno dar un grito de batalla este fue tan débil que comprendió lo abatida que estaba la moral. Entonces, los arqueros a caballo procedieron a rodear a los romanos mientras los catafractas cargaban contra los que abandonaban el cuadro desesperados.211 Estas cargas de caballería pesada tenían la intención de amontonar a los romanos para hacer más certeros los tiros de sus arqueros.151 En esos momentos, el traidor Ariamnes atacó a las distraídas tropas que formaban la retaguardia del cuadrado romano en movimiento, que, al intentar enfrentarlos, fue presa fácil de los arsácidas.212 Así, las legiones tuvieron que voltear constantemente para enfrentar a ambos atacantes hasta caer en tal confusión que muchos soldados dieron muerte a sus compañeros.213 Finalmente, estos legionarios fueron completamente rodeados y arrinconados en un perímetro tan estrecho que quedaron inmóviles.214 Muchos murieron por el calor, la sed o el polvo levantado por los caballos asiáticos.215 Los legionarios aguantaron la lluvia de proyectiles y las cargas de lanceros porque216 estaban bien protegidos por sus largos escudos (scutum), pero éstos no podían cubrir todo el cuerpo y los arcos compuestos del enemigo podían penetrarlos ocasionalmente.217 Los romanos no habían tenido presente esto pues sólo conocían los más ligeros y menos potentes arcos usados por sus enemigos anteriores.8 Debido a esto, la mayoría de las heridas no fueron letales, afectaron típicamente a las extremidades, y hubo un número mayor de heridos que de muertos.218219 Los legionarios no podían responder, sus jabalinas (pilum) tenían un rango de alcance mucho menor y su caballería auxiliar sólo tenían jabalinas cortas y armaduras ligeras.174
La muerte de Publio sirvió para algo, distraer por algunas horas a los partos, permitiendo que el sol se ocultara antes que las legiones fueran aniquiladas,151 quizás una o dos ataques más y la carnicería hubiera sido completa.220
Justo llegó la noche y los partos se retiraron justificándose en que darían al triunviro una noche para llorar a su hijo.221 Igualmente permanecieron en las cercanías, mientras los romanos no enterraron a sus muertos ni atendieron a sus heridos, en realidad, no sabían qué hacer. Intentar retirarse era la única opción pero no irían rápido cargando los heridos pero si los abandonaban estos empezarían a gritar aterrados.222 Todos culpaban a Craso de la situación, pero también necesitaban sus órdenes, sin embargo, el hombre más rico de Roma estaba sentado en el piso solo. Según Plutarco, estaba comprendiendo que su ambición y deseo de estar por sobre César y Pompeyo le habían hecho perder lo más importante.223
Entonces Casio y un legado llamado Octavio intentaron animarlo pero como no respondía convocaron a los oficiales y centuriones.224 Los hombres, por odio a Craso, le ofrecieron el mando al pretor pero éste se negó.225 Este consejo decidió que debían moverse sin sonar las trompetas, su única opción era retirarse antes del amanecer.224 Quizás, si los romanos hubieran intentado atacar en medio de la oscuridad su suerte habría cambiado.226 Tal vez de haber reaccionado antes hubieran podido trasladarse con los lisiados al campamento que habían construido a orillas del Baliso pero ya era tarde.151 Cuando los heridos se dieron cuenta que los estaban abandonando empezaron a gritar suplicando ayuda,224 pero no podían caminar y no quedaban vehículos ni guías para transportarlos.227 Por el miedo a ser atacados frecuentemente cambiaron de rumbo y otras veces formaron en batalla, así muchos se quedaron atrás y todos se retrasaron.228 Solo un destacamento de caballería logró llegar a tiempo a la cercana Carras, allí el comandante de la guarnición romana, un tal Coponio, tras escuchar pedidos de ayuda en latín abrió las puertas y preguntó qué sucedía. Cuando le dijeron reunió a sus soldados y salió huyendo a Zeugma. El procónsul no se molesto, esperaba que las malas noticias hicieran que los armenios fueran en su rescate.229 Poco después Craso entraba en la ciudad con los supervivientes.230
Carras era una antigua colonia macedónica conquistada por los arsácidas hacia el 120 a. C. y estaba ubicada en el punto de unión de dos importantes rutas de caravanas (este-oeste, entre Siria y el valle del Tigris, y norte-sur, entre el valle del Halys y el sur de Mesopotamia).231232
Los partos sabían de la retirada romana pero nada hicieron durante la noche. Al alba fueron al campamento romano y pasaron a cuchillo a 4000 heridos que encontraron. Luego fueron a la llanura y cazaron a los extraviados.233 Algunos fueron capturados, otros murieron por sus heridas y la falta de atención médica, otros de agotamiento.234 Un legado llamado Vargunteyo y cuatro cohortes se habían perdido y los rodearon en una colina, los partos les rodearon y atacaron hasta que sólo quedaron veinte supervivientes intentando abrirse paso entre el enemigo. Los arsácidas, admirando su valor, les permitieron irse a Carras.235236
Negociaciones[editar]
A Surena le llegó un informe de que Craso y sus altos mandos huyeron abandonando al ejército en Carras.235 Para comprobar su veracidad, envió a emisarios a los muros para llamar en latín a Craso o Casio, anunciándoles que querían negociar con ellos en persona.237 El triunviro aceptó238 y Casio pidió que establecieran el momento y lugar.239 En realidad, el procónsul deseaba escapar durante la noche pero como había luna llena tuvo que quedarse en la ciudad y esperar.240 Los más sensatos sabían que Carras no tenía provisiones para resistir un largo asedio y, como Craso había llevado al grueso de las fuerzas romanas en el Oriente en su expedición, no podían esperar ayuda.241 Por otra parte, era imposible asediar una ciudad con caballería, lo máximo que podían hacer los arsácidas era bloquear todas las rutas de comunicación que conectaban a Carras con el mundo.242
Tres días después de la batalla, el 30 de mayo (11 de junio juliano),226 Surena apareció ante los muros de Carras con todo su ejército exigiendo que si deseaban una tregua debían entregar a Craso y Casio.243 Los romanos se sintieron traicionados y pidieron al procónsul que abandonara las esperanzas de ayuda armenia iniciándose planes de retirarse de noche sin ser notados. Pero un tal Andrómaco que se ofreció de guía era en realidad un espía parto, así el enemigo supo todo.244 En la noche sin luna que Craso esperaba,245 el traidor llevó al triunviro y los suyos por una ruta llena de pantanos y zanjas, permitiendo a los arsácidas darles alcance246 para el amanecer.247 Le acompañaban cuatro cohortes, algunos jinetes y cinco lictores.248 Al parecer, Adrómaco convenció al procónsul de no ir por la ruta más corta hacia Siria (oeste) o Armenia (norte) porque los arsácidas seguro estarían por allí, y lo llevó al nordeste, una ruta más larga. Pero de igual manera, si se internaban por las montañas de la zona podrían llegar a Amida, cerca del nacimiento del Tigris, y de ahí volver al oeste.151 Mientras tanto, Casio había decidido volver a Carras, donde los guías árabes le aconsejaron quedarse pero él se negó y consiguió volver a Siria con 500 jinetes.249 Por otro lado, el legado Octavio guió a 5000 sobrevivientes a las montañas de Sinaca.247 La completa oscuridad también les jugo en contra y muchos legionarios se perdieron y al amanecer perecieron.245
El triunviro estaba a dos millas (tres kilómetros)226 de Sinaca cuando toco el alba y fue rodeado por los arsácidas, debiendo refugiarse en una colina248250 con 2000 legionarios y unos pocos jinetes.251 Octavio fue a ayudarlo mientras que Craso y sus hombres intentaron abrirse paso, siempre el triunviro protegido por los escudos de sus soldados,252 que por la unión de ambos contingentes sumaban ya unos 7.000 efectivos.251 La lucha prosiguió hasta el atardecer, desgastando a los partos y con los romanos acercándose a la salvación de las montañas, así que Surena permitió a algunos de sus prisioneros oír conversaciones de sus oficiales afirmando que los arsácidas querían negociar y les libero.253 El general parto subió a una colina, ordenó cancelar los ataques y envió invitaciones a Craso para negociar254 pero con ambos debían estar presentes.255 El lugar de encuentro estaría en medio de ambas fuerzas, en la llanura.256
Acorde a Dion Casio, el triunviro aceptó de inmediato por el temor.257 Según Plutarco, el procónsul se mostró desconfiado por tan repentino cambio de actitud, pero sus desesperados soldados estaban felices258 y le animaron a ir a negociar. El rico hombre intento convencerlos de aguantar hasta la noche para poder retirarse a las montañas,259 pero estos lo amenazaron y aterrado fue a parlamentar, pero entonces volteo y dijo:Vosotros, Octavio, Petronio y todos los caudillos romanos que estáis presentes, sois testigos de la necesidad de esta partida, y sabéis porque cosas tan violentas y afrentosas se me hace pasar; mas con todo, si llegáis a salvaros, decid ante todos los hombres que Craso pereció engañado de los enemigos, no entregado a la muerte por sus ciudadanos.260
El legado y los oficiales acabaron siguiendo al procónsul, quien ordenó a sus lictores, que hasta entonces lo acompañaban, regresar con la tropa. Primero se encontraron con dos mestizos greco-asiáticos quienes le pidieron enviara vigías para asegurarse que Surena avanzaba desarmado.261 El triunviro envió dos jinetes a preguntar por los términos de paz y el número de la comitiva, pero estos fueron arrestados por el general parto. Luego los oficiales arsácidas avanzaron hacia los romanos y Surena en persona le ofreció un caballo a Craso,262 aduciendo que la República y Orodes ya habían acordado la paz y debían ir al Éufrates para firmarla.263 Los partos trajeron un animal con una brida tachonada en oro. El procónsul se montó pero el animal se encabrito, y aunque el legado Octavio y el tribuno Trebonio intentaron contenerlo, la montura simplemente empezó a arrastrar a los romanos.264 Entonces comenzó una trifulca en la que el legado murió, el tribuno tuvo que huir y el triunviro fue asesinado por un tal Pomaxatres.265 También le cortó la cabeza y la mano derecha. El resto de la comitiva pereció o logró huir con las tropas.266 Los arsácidas recibieron ayuda pues sus tropas estaban en la misma llanura, mientras que los romanos debían descender de las alturas para actuar.267 Según Dion Casio, Craso fue capturado mal herido y los partos decidieron verter oro fundido en su boca como castigo a su avaricia.268 Floro dice que el oro se vertió sobre su cabeza cortada.269 Era 12 de junio (31 de mayo juliano).270
Los arsácidas se dirigieron a la colina, donde exigieron a los romanos rendirse para salvar la vida. Algunos lo hicieron y se entregaron, pero otros esperaron a la noche y buscaron huir a las montañas. Unos pocos fueron alcanzados por los partos al día siguiente, muchos más fueron capturados y ejecutados por los árabes271 pero la mayoría logró llegar al territorio armenio272 y después dispersarse hacia Cilicia y Siria.269
Consecuencias[editar]
Bajas[editar]
Craso deseaba coronarse con «la gloria de Alejandro», en cambio, perdió su reputación, su ejército, su hijo y su vida.50 De los expedicionarios, aproximadamente, la mitad mueren, un cuarto es capturado y el resto logra retirarse a Siria.1011 Esto equivale según Plutarco a 20 000 caídos y 10 000 cautivos.271 Apiano afirma que sólo 10 000 escaparon a Siria.75 Frendo aporta un cálculo moderno más cauto: 4000 muertos, 10 000 prisioneros y otros tantos que se libraron de caer en la batalla o en manos de los enemigos partos.273 Los cuerpos de los romanos fueron arrastrados y expuestos ante los muros de Sinaca.274 Fue una de las derrotas más aplastantes de la historia romana.275 Surena supo sacar partido de la agilidad de sus jinetes, especialmente los arqueros, manteniéndose a distancia para mantener impotentes a las tropas.151
Debe tenerse en cuenta que esta era la primera vez que Craso y los romanos enfrentaban un ejército enemigo compuesto únicamente por caballería de arqueros montados esteparios y catafractas blindadas,94103 cuya característica principal era su movilidad.8 Usualmente, los romanos se adaptaban a las tácticas del enemigo después de enfrentarlos, no antes, y hasta entonces su sistema de lucha (unidades flexibles de infantería pesada) había funcionado.94
Otros factores del resultado fueron la incompetencia mostrada por Craso, su incapacidad para asegurar alianzas con los armenios o los árabes del desierto y el escaso contingente de caballería y arqueros que tenía.276
Las pérdidas partas son desconocidas, pero es muy probable que fueran mínimas en comparación. Los romanos sobrevivientes llegaron en pequeños grupos a Siria por su cuenta. El destino de los prisioneros es incierto y pasaron a ser llamados la Legión perdida.151277 Es posible que acabaran en Margiana siendo forzados a servir en el ejército parto y acabaron rehaciendo sus vidas en la región.11278
Destino de Surena[editar]
El general victorioso envió la cabeza y la mano de Craso a Orodes en Armenia, pero también envió mensajeros anunciando que lo traía vivo. En una marcha triunfal que parodiaba el triunfo romano279 y montó en un caballo, vestido en una túnica de reina, al prisionero que más se parecía al triunviro, un tal Gayo Paciano, haciéndole responder al nombre de Craso o Imperator. Le predecían trompetistas y lictores montados en camellos, quienes llevaban en las hachas de sus fasces las cabezas de sus compañeros.280 Detrás iban cortesanos y músicos de Seleucia cantando sobre la cobardía del procónsul.281
Entre tanto, Orodes y Artavasdes firmaron la paz y una hija del rey armenio fue entregada como esposa al príncipe Pacoro I, primogénito del arsácida.282 El ejército parto era mediocre a la hora de sitiar las ciudades y si Orodes perdía el tiempo tratando de rendirlas por hambre, Artavasdes, refugiado en las montañas, podía preparar un contraataque. Era mejor negociar.151 Celebraban banquetes282 y acudían a obras de teatro griegas. Justo cuando veían Las bacantes de Eurípides, en el momento en que se exhibe la cabeza de Penteo, llegó Silaces con la de Craso, quien hizo una referencia a los monarcas y arrojo el sangriento regalo en medio de los actores.283 Entonces los partos empezaron a saltar y aplaudir de alegría, recibiendo Silaces un asiento.284 Luego la cabeza del procónsul fue usada como parte de la utilería de la obra.285 Pero en la comitiva enviada por Surena estaba Pomaxatres, quien se incorporó a la obra y reclamó decir las líneas que debía decir el actor con la cabeza para alegría de su rey.286
Poco después, el monarca parto, temeroso del poder y prestigio logrado por su general, lo mando ejecutar.287
Contraataque arsácida[editar]
Los partos no cruzaron inmediatamente el Éufrates porque estaban más preocupados recuperando el norte de Mesopotamia.288 El rey arsácida no podía enviar al extranjero un gran ejército fácilmente ni estar él fuera del reino mucho tiempo, esto podía ser aprovechado por los nobles para rebelarse. Y si ponía a un general al mando de tal expedición, era peligroso que ese hombre se sintiera tentado a derrocarlo. Por eso, para los partos era más fácil defender su territorio que expandirlo.289 Posiblemente que el retraso de esta contraofensiva parta se debiera a la ejecución del mejor general de ese reino y la reorganización del ejército que seguro vino después.290
Lo hicieron en el 52 a. C.,289 pero con un ejército menor confiando en que Siria no tendría tropas para defenderse, pero Casio,288 quien asumió el mando de la provincia interinamente,225 los expulsó con facilidad288 pues las tropas arsácidas eran más bien pequeñas bandas que se dedicaron al pillaje291 y el pretor había fortificado las ciudades y reclutado dos legiones entre los supervivientes de Carras.289291 En el 51 a. C.,289292 los arsácidas volvieron con una hueste mayor, compuesta por un gran contingente de caballería y aliados árabes,293 mandada por el príncipe Pacoro, aunque por su juventud el verdadero comandante era el general Osaces. Se hicieron con toda Siria excepto Antioquia,294 porque los romanos tenían pocos soldados, no les llegaban refuerzos y toda la provincia empezó a sublevarse,295 posiblemente por el actuar de partidarios de los partos.296 Casio, sabiendo que sus fuerzas eran demasiado débiles para una batalla campal, decidió limitarse a defender las ciudades.291
La invasión parta produjo gran alarma en las provincias romanas asiáticas romanas, las que contaban con débiles guarniciones por la insistencia de César y Pompeyo de acaparar para sí las tropas y suministros.291 Sólo el gálata Deyótaro y el capadocio Ariobarzanes II se mostraron completamente fieles a Roma, el problema es que Capadocia era un país muy expuesto a un ataque armenio,297 reino que había abandonado su alianza con la República.298 Por eso el Senado asignó el mando proconsular a Cicerón en Cilicia y 12 000 infantes y 1200 jinetes, con la expresa orden de mantener a Capadocia en su zona de influencia299 ya que informes indicaban que Artavasdes II quería invadirla.293
Los partos no pudieron tomar Antioquia gracias a la actuación de Casio300 (quien escribió rogando al Senado por refuerzos),301 así que se retiraron a Antígona, la que tampoco pudieron conquistar a pesar de sus débiles defensas.302 Tal vez tampoco fuera su intención, es probable que esa tropa compuesta únicamente por caballería sólo buscara saquear y no conquistar, de ahí que ocupara los ricos campos alrededor de Antioquia y no zonas más pobres.303 Era fácil vadear el Éufrates, evitar las guarniciones de las ciudades y saquear el campo.304
Los invasores dejaron tropas encargadas de bloquear las ciudades sirias y siguieron rumbo a Cilicia,301 aunque la mayoría de sus tropas se concentraron en el valle del río Orontes.305 Casio empezó a hostigar sus contingentes dispersos por el país306 y a fines de septiembre, en las cercanías de Antioquia,307 le tendió una emboscada a Osaces, provocándolo para que lo persiguiera y así poder rodearlo,308 dándole una herida que lo mató pocos días después. Al parecer, los partos habían saqueado lo que habían podido de los campos sirios y por eso se estaban retirado, no por las acciones romanas.309 Los arsácidas pasaron el invierno en la llanura Cirréstica o en los alrededores de Apamea, esperando vengarse en la primavera.307
Entre tanto, en Cilicia, Cicerón desembarcó en Laodicea el 31 de julio del 51 a. C. y pocos días después marchaba a Iconio, donde encontró a sus dos legiones amotinadas en momentos que las partidas arsácidas estaban atacando sus fronteras provinciales.310 Poco después le llegó una carta del rey Antíoco I Theos de Comagene avisándole que Pacoro había cruzado con un gran ejército el Éufrates, pero el procónsul no confiaba en el monarca y no tomó medidas.311 En septiembre, después de más informes, marchó a las Puertas Cilicias, paso de montaña donde podía controlar quien entraba a su provincia y al reino de Ariobarzanes II.296 Sin embargo, un cuerpo importante de jinetes partos se adelanto y fue destruido por la guarnición de Epifanía. Cicerón atravesó el paso de montaña y llegó a Tarso el 5 de octubre.303 Tras morir Osaces se retiró a Laodicea al considerar pasado el peligro.312 Poco después se les unió Deyótaro acompañado por 12 000 soldados de infantería y 2000 de caballería.313
Después de la derrota numerosos pueblos se sublevaron contra Roma, armando una gran fuerza pero Casio venció al principal cabecilla, el rey Antíoco I, en una gran batalla poco antes de defender Antioquia y matar a Osaces.314 Desde tiempos de Antíoco VII315 los arsácidas tenían muchos partidarios entre los judíos por los vínculos entre las comunidades de Judea y Babilonia, logrando formar una poderosa facción antirromana que veía a Partia como un poderoso contrapeso que expulsara a Roma y repusiera a Aristóbulo II, por eso se sumaron a la rebelión.316 En respuesta, Casio, después de expulsar a los partos, marchó a Tiro y luego sobre Tariquea, ciudad a orillas del mar de Galilea que se había sublevado contra los idumeos, esclavizando a 30 000 de sus habitantes.317
Poco después, en el 50 a. C.,289318 llegó Marco Calpurnio Bíbulo para suceder a Casio como gobernador de Siria.319 Supo poner a los partos a pelear entre sí convenciendo al sátrapa Ornodapates, enemigo de Orodes II, de manipular a Pacoro para sublevarse contra su padre,320 lo que llevó a los partos a retirarse al este del Éufrates289308 en julio.321 Otra fuente indica que el celoso monarca parto ordenó a su hijo volver ante su presencia y en su ausencia el ejército fue vencido.322 Posteriormente, el rey perdonaría a su joven primogénito.158 La primera guerra entre romanos y partos acababa tras cuatro años.323 Durante la siguiente década los arsácidas no volverían a amenazar a la República.324
La cabeza de Craso fue exhibida325 en la corte de Orodes II y los siete estandartes romanos expuestos en los templos de Partia.326 Tres décadas después, en 20 a. C., el emperador Augusto negoció la devolución de estos y el regreso de los cautivos que habían sobrevivido.327
Inicialmente, los romanos deseaban vengarse y acabar con la amenaza arsácida sobre sus provincias orientales, algo que daría popularidad a quien lo hiciera y por eso César planificó una campaña de retaliación en el 44 a. C. pero el Idus de Marzo la canceló.328 Desde que la noticia del desastre llegó a Roma hubo planes de castigar la afrenta. Se sugirió que César o Pompeyo fue el encargado de dirigir la campaña,329 e incluso el primero envió al segundo las legiones I y XV para preparar la expedición.313
Posteriormente, los partos aprovecharon las guerras internas entre romanos para continuar su expansión natural hacia el oeste,158 pero la reacción encabezada por Publio Ventidio Baso le dio a Roma una primera venganza. Mas los romanos querían hacer desaparecer permanentemente el poder parto en la zona, sin embargo, el fracaso de Marco Antonio puso fin a su agresividad.328 Esto, sumado al recuerdo del desastre de Carras, hizo que olvidaran que Partia en realidad era un Estado débil,330 que se valía de su difícil geografía más que su poder militar para defenderse331 porque su naturaleza feudal lo llevaba a constantes y largas guerras civiles por el trono289 (de hecho, Ctesifonte fue tomada por Trajano en 116, Avidio Casio en 165 y Septimio Severo en 197),332 y así apoyaron la política de apaciguamiento de Augusto.330
Repercusiones[editar]
Para Roma la principal consecuencia de esta batalla fue la muerte de Craso, y por consiguiente la desaparición del primer triunvirato, pasando de un gobierno de tres a otro de dos. Pero aun así dos era multitud para el gobierno de la República y el camino estaba despejado para el inicio de la guerra civil entre Julio César y Pompeyo, ya que se desestabilizó el balance de poder en Roma.333
Según Marco Juniano Justino en su Epítome sobre las Historias Filípicas, obra perdida de Pompeyo Trogo, durante esa guerra civil romana los arsácidas apoyaron a Pompeyo porque sabían que Marco, hijo mayor de Craso, estaba en el bando de César y sabían tarde o temprano usaría su riqueza e influencia para vengar a su padre y su hermano menor.334335
Otra de las implicaciones de esta batalla fue el hecho de que el continente europeo se abriera a un nuevo y preciado material: la seda. Los romanos que lograron sobrevivir a la batalla describieron haber visto unas banderas brillantes usadas por los partos mientras les perseguían. Estas banderas estaban hechas con seda. Así, al mismo tiempo que crecía el interés en Europa por este tejido, se extendía la ruta de la seda entre este continente y China, dando comienzo a una de las rutas comerciales más grandes y prósperas de la historia.
Como ejercicio de ucronía se ha reflexionado sobre una victoria romana, la que hubiera sido inicial y menor, pues el principal ejército arsácida estaba en Armenia, y se necesitarían años para conquistar Mesopotamia, pero una vez conseguido Craso tendría una base de poder económico y militar y un prestigio que lo equiparada a los otros triunviros. Tal vez no podría mantenerla por estar muy expuesta a contraataques partos o invasiones nómadas.336
Una exitosa campaña quizás se hubiera dado una guerra civil entre los tres, similar a lo sucedido en la anarquía del siglo III, cuando Roma enfrentó la secesión temporal de sus provincias occidentales (Imperio galo) y orientales (Imperio de Palmira), resultando muy debilitada.336 Otra posibilidad es que el status quo se hubiera mantenido y los triunviros hubieran sido sucedidos336 por una nueva generación.n 2
Por otra parte, el control de los puertos del golfo Pérsico hubiera aumentado el comercio de Roma con el subcontinente indio, África Oriental y la China Han. Quizás esto hubiera motivado más campañas de expansión a los desiertos de Arabia, el aliado Egipto o la rica Persia; un comandante militar hábil quizás hubiera llegado hasta la India, incluso intentaría conquistarla también. El problema para tal expansión no era cultural, pues en Oriente se hablaba el griego, idioma bien conocido por la élite romana, sino de distancias. En tal escenario la división del mundo romano en una mitad occidental y otra oriental hubiera ocurrido mucho antes.
FUENTE
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Carras